Me he enamorado señores. No ha sido como el flechazo instantáneo que tuve con mi amada Mary Katherine Gallagher en el inenarrable engendro de “Superstar”. Mi relación con ese morenazo de sonrisa profiden llamado Jay Chandrasekhar ha sido de un total e irreprochable odio con tendencias homicidas a un buen feelling que puede acabar en romance con fecha de caducidad. Habrá que darle tiempo aunque ya estoy afilando mi katana para “Super maderos 2”.

La culpa la tiene su última aberración, “Beerfest”, un cruce inclasificable y basuril de “El club de la lucha” y “Entre copas”. Las hostias y el vino son cambiados por cerveza de cualité y una panda de retrasados. Sí, son ellos, los esperpénticos “Broken Lizard”. Esos “cómicos” que han hecho reír a diez personas en todo el mundo con sus crímenes fílmicos.
Aunque está vez la inmundicia en cuestión me ha parecido divertida a ratos aunque se han excedido demasiado con el metraje. Con ochenta minutos de basura continuada creo que son suficientes para cualquier mortal. Todo ello me lleva a preguntarme si seré un alcohólico consumado o me habré “acostumbrado” a este cine cafre y bizarro digno de psiquiátrico.

Con un argumento tan vergonzoso y un catalogo de personajes estrambóticos y disparatados es difícil conseguir la amnistía, aunque su aviso inicial: “Los actores de esta película son profesionales. Por favor no intente estas actividades en casa. Si intenta beber de este modo, morirá.” deja muy claras las intenciones de Jay. En realizar un producto tan olvidable y zafio equiparable a tirarse un eructo tras beberse una caña a velocidad estelar. Aunque esta cañita en cuestión se deja saborear siempre y cuando sepas la marca que te está dando el camarero. Y todos sabemos que la de Jay es garrafa de la mala o meado de cabra.

Recomendable para verla embriagado, en buena compañía de borrachos y con varios barriles de cerveza cerca para emular a los protagonistas.