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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Comedia Valiéndose de un crédito ilimitado, Diana (Melissa McCarthy), una compradora compulsiva, vive a lo grande en las afueras de Miami. El único problema es que cuando va de compras usa el nombre de Sandy Bigelow Patterson, un agente comercial (Jason Bateman) que vive en la otra punta de Estados Unidos. Cuando éste se da cuenta de la situación, se va al sur para enfrentarse a la mujer que le está arruinando la vida. Mientras se esfuerza en ... [+]
17 de marzo de 2013
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezamos por un robo de identidad en la traducción del título. ¿Por la cara? ¿Por la qué? ¿Y por qué? No es que un nombre defina totalmente a una película ni a una persona pero en el caso de Diana (Melissa McCarthy), ese ‘Bilbo’ tras el que van desesperadamente casi todo el resto de secundarios del filme tanto como acción como por interpretación, origina un conflicto en el propio personaje. La idea podría ser interesante para aquellos seres que no tienen personalidad ni amigos y deciden vivir vidas paralelas robando la identidad a otros… Seres que se vuelven desobedientes en un mundo cargado de reglas y conveniencias y que, en cierta medida, les hace perder su identidad y al mismo tiempo define una nueva. Ninguna lectura anterior se le pasa por la cara a los responsables de “Por la cara (Identity thief)”: una buddy-road-movie funcional y enlatada que únicamente pretender seguir los pasos en taquilla de la acertada “Cómo acabar con tu jefe (Horrible Bosses)”, del propio Seth Gordon.

Diana repite mucho el golpe directo a la nuez pero esta película se repite más que la estupidez. Melissa McCarthy está, como siempre, increíble… pero su papel y la propia película queda empañada por el almíbar familiar con el que está endulzada la propuesta. Los pobres recursos de guión y un inverosímil argumento degeneran en un tufillo de mofeta hogareña y una misión al límite. Podría resultar interesante una alegoría sobre el ‘robo’ de dinero y la diferenciación de delincuentes callejeros y supuestos magnates sin escrúpulos. Aparte de poder formular una lectura sobre el robo a importantes organismos financieros por parte de aquellos que, al parecer, no tienen ninguna posibilidad en un mundo jerarquizado por el absurdo y el anonimato. Por las buenas o por las malas, nos encontramos ante una película sin personalidad ni identidad. Le falta mala leche cuando mete demasiada azúcar y le falta azúcar cuando se pasa con la violencia de género. Aunque, ¿existe la violencia de género cuando no hay género en el nombre?

Lamentablemente el personaje de McCarthy, rebelde, frenética, de lengua afilada y brutamente divertida y peligrosa acaba sumida en las reglas de la comedia con incisiones al melodrama barriobajero familiar con típicos sketches copiados y trillados (¿lo de la serpiente está un poco visto, no?) y un sentido de extraer sus cuatro ‘puntos’ para un funcional trailer. A la anarquía se le puso fin para cumplir la condena del mainstream y de la lagrimita emotiva. La aventura improbable y los calcos de otras comedias similares, de personajes antagónicos que deben permanecer unidos por el bien común, degeneran en una película de persecuciones, coches dando vueltas y reiteradas referencias a la entrepierna. O sea, como “Exposados” con Gerard Butler y Jennifer Aniston pero con sus antagónicos de cuerpos Danone. Al menos, en “Por la cara” tienen más cerebro, identidad… ¿y futuro?
Maldito Bastardo
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