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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
8
Serie de TV. Drama. Comedia Serie de TV (2013-2019). 7 temporadas. 91 episodios. Piper Chapman (Taylor Schiling), una mujer de Connecticut con una vida estable a punto de casarse, es detenida a raíz de un delito de drogas que cometió hace una década: en aquellos días llevó un maletín con droga para Alex Vause (Laura Prepon), una traficante y antigua amante de Piper. Tras el juicio, es enviada a prisión de mujeres en Litchfield, Nueva York. Allí convivirá con un ... [+]
22 de diciembre de 2013
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encontrar una frase que defina la primera temporada de la nueva serie estrella de Netflix, que quiere construir una sucursal de ficciones sin tener que envidiar a nada ni a nadie, podría remitirnos a «Muchas personas son mejores en abstracto». La inmersión en los infiernos cómico-dramáticos de “Orange Is the New Black”, para que conozcamos en profundidad a ese gran y populoso grupo de personajes, nos muestra que las apariencias engañan. ¿Nada nuevo? Los clichés han creado un gran resorte que golpea fuertemente nuestras cabezas cuando nos entran por las retinas y oídos el temido soniquete «drama carcelario». Si bien nos van a humanizar a criminales y enseñarnos sus desiguales motivos para quedar privadas de la libertad y la imposibilidad de utilizar un baño con puertas, la serie quiere formular otro tipo de ácida alegoría sobre las prisiones en las que queda atrapada la sociedad. También que nos demos cuenta de que realmente los crímenes y delitos que comenten los carceleros son aún peores que los supuestos malhechores a los que vigilan, amplificando el punto bidireccional sobre las rejas. No nos engañemos, aquí no nos quieren vender un alegato humanista del malandrín y su verdugo desde una doctrina moral sino revelarnos que cualquiera puede ser conducido a cometer una equivocación y tener la mala suerte de pagar por la misma… Un diálogo entre una guardia —uno de esos pocos personajes esperanzadores y positivos de la dramedia que seguramente se sumerjan en el lodo oscuro poco a poco— y la protagonista simplifica el planteamiento de la propia serie:

«De todas formas, quiero que sepas que, por lo que a mí respecta, tú y yo somos iguales. […] La única diferencia entre nosotras es que cuando yo tomé malas decisiones, no me pillaron. Podría ser yo la que estuviera aquí vestida de caqui.»

De caqui y naranja trata “Orange Is the New Black” porque entre el blanco y el negro dejó de estar el gris con tonificación y tintes dramáticos… y esos personajes que conocemos al principio en abstracto y cuyas taras son aparentemente divertidas —el fanatismo religioso de Tiffany 'Pennsatucky' Doggett o la homofobia del consejero de la prisión Sam Healy— acaban convirtiéndose en afiladas y punzantes armas contra la protagonista en la recta final de la sobresaliente primera temporada. La gracia es que la anti-heroína y su look de rubia inocente y mosquita muerta esconden un pasado juvenil turbulento que ha provocado su ingreso en prisión durante unos meses, junto con un buen puñado de conflictos morales y sexuales que explotarán desde dentro sus miedos y frustraciones. Piper tendrá que luchar frente a la homosexualidad a la que cerró las puertas años atrás y, sobre todo, a la atractiva mujer que la inculpó (y amó) mientras trata de lidiar con los fracasos y egoísmo de su prometido. Jenji Kohan es la creadora de “Weeds” y se nota su toque y distinción en la onda Showtime para “Orange Is the New Black”. Pese a que la ficción está basada en el best-seller de las experiencias de la propia y corpórea Piper Kerman, no se sabe hasta qué punto se juega con la realidad y la ficción entre sus desternillantes arrebatos y un humor negro y escatológico bien introducido.

La prisión es diferenciada de la cárcel pero todo nos recuerda a un instituto separado del resto del mundo aunque se podría entender también como una visión contemporánea de un campo de concentración nazi. Nos encontramos ante una comedia negra muy bien pulida que puede hablar sin tapujos del sexo o utilizar el cáncer como arma de supervivencia en un submundo de colorantes amorales. «Las lesbianas pueden ser muy peligrosas. Es la testosterona», nos explican… aunque esta dramedia sí que resulta peligrosa, sobre todo para los seriéfilos… y para ese mundo masculino que vemos desmoronándose ante el mono-sexo, la ineptitud y la absoluta idiotez. Y todo ese choque de sentimientos, desde la sexualidad al egoísmo a la ruptura de ciertos tabús y traumas sociales, van generando una de las series más cómicas y trágicas de los últimos años. Una ficción adictiva y para todos los públicos gracias a la cercanía y amplitud de los personajes con siempre admirables argumentos y golpes de humor que borran en parte la tragedia impuesta. La multidimensionalidad coral provoca que la caricatura pase a un segundo plano para reírse de estereotipos en un subgénero redundante hasta las entrañas. No nos paran de decir que es algo temporal pero “Orange Is the New Black” ha llegado para quedarse y dejar a los espectadores condenados a una nueva prisión hecha serie.
Maldito Bastardo
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