Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Comedia. Drama Peco y Smile han sido amigos desde muy pequeños y ambos comparten una pasión: el tenis de mesa o ping pong. Peco es un competidor nato, es extrovertido y alegre. Smile tiene un talento aún mayor, pero no tiene el hambre de triunfo de su amigo y, de hecho, sólo juega para compartir el tiempo con Peco. Eso hasta que llega un profesional chino a Japón, donde el ping pong tiene un nivel inferior. Ahí comienza a cambiar la visión que tanto ... [+]
10 de noviembre de 2010
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así como en el cielo hay millones de estrellas, pero sólo tenemos constancia de un mínimo de ellas, uno se centra en pequeñas porciones de propios universos. Filmaffinity es otro campo estrellado (y donde estrellarse) cuyo sistema principal es de lograr cierta afinidad entre seres virtuales conectados a lo extracorpóreo. Yo me fije en una estrella principal que me sirviera de guía. Su gusto bergmaniano así como dreyeriano, su edad y capacidad del paso y poso de los años en sus retinas cinéfilas desprendieron un halo de belleza irrefutable. ‘Seguro que tiene gafas de pasta gruesa’ —pensaba inocente de mí. Pocos dieces, muchas recomendaciones engrasadas por la filmoteca y un savoir faire en puntuaciones por ausencia de críticas.

Cuando uno sigue una estrella puede encontrarse con que el satélite se convierte en fugaz o una pedorreta alienígena. Esto ocurrió un día hace demasiado tiempo pero quedó marcado en mi corazón bastardo. ¡Mi alma gemela votó con un 10 a esta película! ‘¿Será una boutade? ¿Parte de una apuesta de la que no formo parte?’ —pensé. Pero que semejante órdago vota-cinematográfico viniese de un cinéfilo de tal condición no entraba dentro de mi bastardo pensamiento.

‘Podría ser otro ping-pong…’ —se estreñía y estrujaba mis cerebelos e interiores. Existe una película alemana de 1968 o una de Po-Chih Leong de 1986… Porque en este “Ping Pong”, sobre el cuál estoy escribiendo, aparece música techno-ferial a lo Camela, pero en japonés, alejados de cualquier concepto mizoguchiano. Hay efectos poco bergmanianos por ordenador, gráficos escasamente dreyerianos en 3D. El héroe, el chico ‘sonrisas’, le llaman así porque nunca sonríe… no formaba parte del lado más fílmico de Ozu. Ese momento con Joe Mariposa sacando las alitas en su flashbacks o esos instantes oníricos no encajaban en la política fílmica de Orson Welles. La escuela de los pelones y la narración con los dos maestros (uno la abuela que regenta el local de ping pong y no para de fumar representa el lado salvaje y juvenil y el otro, el profesor que quiere sacar lo mejor de sus alumnos, representa el clasicismo) no encajan en la narrativa y suspense vertiginoso de Hitchcock.

Me quedo con el clip de Air pero este “Ping Pong” es un filme sobre la amistad y tocar las pelotas. Una alegre comedia de instituto japonesa, basada en las peripecias de dos amigos cuya pasión es el tenis de mesa. Con algunas secuencias de bella factura, “Ping Pong” no es “Shaolin Soccer” es algo muy diferente, y que cumple con las expectativas, entretener. Pero, ¿entretuvo tanto a mi principal alma gemela?

Al final su nota desapareció a los pocos días de su cosmos. Nunca sabré el lapsus que cometió mi alma gemela (su gusto es exigente e impecable), si calculó mal una órbita de alunizaje o, tal vez, su nota, como una pelota de ping pong se fundió con raqueta y paisaje, con golpe y efecto tocando línea hasta perderse en un infinito paisaje llamado recuerdo.
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow