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España España · Aranda de Duero
Voto de Roosevelt:
8
Drama El padre Miguel, un atractivo y tímido sacerdote de treinta y seis años, atraviesa una crisis de conciencia. Además, la continua presencia en su confesionario de Irene, una joven y bella mujer casada, a la vez piadosa y apasionada, va mermando su fe y sus convicciones religiosas. (FILMAFFINITY)
22 de diciembre de 2011
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha dicho hasta la saciedad que Eloy de la Iglesia (no confundir con Alex, aunque ambos sean de Bilbao) era un director oportunista, que sus películas buscaban la comercialidad explotando temas de actualidad (como Mariano Ozores) y del modo más morboso posible; y es verdad, pero también lo es que fue uno de los mejores cineastas de su época y que pocos se hubieran atrevido entonces a contar esas historias (hoy vulgares, entonces terribles) sin tapujos, sin miedo, ahondando en la llaga, denunciando tantas realidades incómodas doliera a quién doliera.
La Iglesia es uno de los mejores ejemplos de los cambios radicales (sociales, económicos y mentales) ocurridos en España desde los locos y nefastos años 30, en que ya hubo una clara secularización y se decía "en España todos van tras el cura... unos con una vela y otros con un puñal"; algo que se reflejó muy bien en las "2 Españas" de la Guerra Civil (en una quemaban iglesias y en otra se cuadraban ante la reliquia de Santa Cucufata mártir; qué triste que no se impusiera la 3ª), tras la cual se impuso una teocracia y se convirtió casi en un ministerio. Aparte de la vocación religiosa, hubo diversas razones (les gustaba a los padres, daba prestigio, tenías estudios, comida y casa, para evadir la mili, como "penitencia" por ser homosexual o haber tenido parientes en el bando perdedor,...) por las que en los 40-50 los seminarios, monasterios y conventos estaban repletos (España tenía la mayor proporción de religiosos-as por habitante y más jóvenes de toda la cristiandad), pero ya en los 60 y despacio pero sin parar los seminarios y las iglesias se vaciaron y muchos (casi 40.000 en 30 años) dejaron la Iglesia, casi siempre (según decían) porqué ya no tenían el viejo prestigio, o se habían enamorado o habían perdido la fe; algo tuvo que ver también el Concilio Vaticano II, donde se avisó que era en España, más que en ningún sitio, donde iban a hallar resistencias. Y ya en la Transición muchos religiosos o ex-religiosos se posicionaron claramente en posturas políticas muy de izquierdas...
En la película vemos una muestra de todo lo que había por entonces en la Iglesia: el fascista que cree a rajatabla en la "eterna conjura mundial contra España", el cura viejo y lógicamente anticuado pero más bueno que el pan, el progre de izquierdas, el ingenuo que se enamora,... y el protagonista, nacido (como casi todos) en un pueblecillo y que lucha contra el deseo que le causa una feligresa (rara es la película protagonizada por curas sin ese argumento) y que le lleva a replantearse todo lo que ha sido su vida.
Una película magnífica y de enorme interés histórico y sociológico.
Roosevelt
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