Pocas veces en un film bélico ha mostrado tan vívidamente el horror y el sinsentido de la guerra. Creo que ha sido un acierto el mostrar múltiples soldados casi anónimos, y no el típico héroe al uso, sazonado por un melífluo romance.
Como punto negativo resaltar el tufillo que desprende a apología propagandística del ejército yanki, y como valor positivo lo bien que sabe mostrar la entrega de unos hombres que lo arriesgan todo, venciendo sus propios horrores, por no dejar abandonado a un compañero.
Quien guste de la música étnica apreciará también sin duda la banda sonora del genial y camaleónico Zimmer.