Media votos
4,8
Votos
284
Críticas
257
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Crítico enfadao:
7
6,2
1.192
Serie de TV. Terror
Miniserie de TV (2017). 6 episodios. Margot Sleator (Amy Forsyth) visita la Casa Sin-Fin, una enigmática casa de los horrores que consiste en una serie de habitaciones que van rotando. Todo parece normal hasta que al salir de la casa se da cuenta de que su mundo es diferente... Adaptación para TV del "creepypasta" de Brian Russell.
28 de octubre de 2017
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El canal Sy Fy ha sorprendido a propios y extraños con una miniserie de (de momento) dos temporadas, en la que se aleja de las chorradas plagadas de cartón piedra y alienígenas que son personas pintadas de colores, y nos sumerge en un tipo de terror más adulto. Vayamos por partes:
Es muy difícil competir en este terreno con maravillas como Black Mirror o Inside Number Nine. Si bien en estas los capítulos son inconexos, en cada temporada de Channel Zero cada temporada es una historia con continuidad, pero es un gran acierto no hacer un Lost, lleno de capítulos y temporadas sin fin hasta que ya nadie sabe cómo acabar con toda la movida que han ido metiendo a boleo en plan, "bueno, ya se nos ocurrirá alguna explicación". No, aquí se ha respetado el formato miniserie, es decir, escribirla de prinicipio a fin y a rodar. Y lo llamo miniserie porque estamos acostumbrados ya al fast food interminable tipo Lost, pero en realidad es una serie, cuyos autores entienden que no da ni debe dar para más para que el producto final sea satisfactorio.
En esta segunda temporada, lo que empieza pareciendo un topicazo teenager lleno de idioteces mil veces vistas a base de golpes de efecto totalmente previsibles, al poco se revela como algo más profundo y elaborado.
En el lado negativo hay que destacar que el guión falla a la hora de dar respuestas, o más bien hacer ciertas preguntas. Es decir, como de costumbre, las reacciones de los protagonistas no son naturales, haciéndoles totalmente carentes de la más lógica curiosidad por saber. Y por consiguiente, el espectador se queda con ese saborcillo de boca como de que sí, pero no. Por otro lado y en positivo, estos adolescentes no son tan idiotas y fostiables como cabe esperar, y por ahí se agradece.
La premisa es bastante original, que eso de por sí ya es un acierto. Pero además la historia se presenta como una materialización de lo que es la pérdida de identidad, de la Pérdida a secas y con mayúscula, y sobre todo, de los recuerdos que pueden hacerte prisionero de una angustia vital, dependiente de ellos como un drogadicto adicto a su miseria, y de lo duro que puede llegar a ser decir adiós, desahcerte de esos recuerdos y pasar página antes de acabar sin remedio en el vacío más oscuro.
Puedo sonar apestosamente pretencioso, pero es lo que yo he sacado que tenga sentido de esta segunda temporada, cuyo último capítulo realmente me ha conmovido.
En más aspectos negativos, decir que les ha faltado fuelle en la atmósfera, que debería haber tenido un tinte más angustioso, opresivo, más de pesadilla.
Pero por otro lado, el trabajo de todos los actores me ha resultado muy correcto. Y el ritmo, sin ser ni rápido ni tener acción, tampoco es Fortitude, que desespera hasta al dalai lama.
En definitiva, un buen camino iniciado por Sy Fy que espero que vaya mejorando con más temporadas, y que no pierda la originalidad.
Reflexiones en la zona spoiler.
Es muy difícil competir en este terreno con maravillas como Black Mirror o Inside Number Nine. Si bien en estas los capítulos son inconexos, en cada temporada de Channel Zero cada temporada es una historia con continuidad, pero es un gran acierto no hacer un Lost, lleno de capítulos y temporadas sin fin hasta que ya nadie sabe cómo acabar con toda la movida que han ido metiendo a boleo en plan, "bueno, ya se nos ocurrirá alguna explicación". No, aquí se ha respetado el formato miniserie, es decir, escribirla de prinicipio a fin y a rodar. Y lo llamo miniserie porque estamos acostumbrados ya al fast food interminable tipo Lost, pero en realidad es una serie, cuyos autores entienden que no da ni debe dar para más para que el producto final sea satisfactorio.
En esta segunda temporada, lo que empieza pareciendo un topicazo teenager lleno de idioteces mil veces vistas a base de golpes de efecto totalmente previsibles, al poco se revela como algo más profundo y elaborado.
En el lado negativo hay que destacar que el guión falla a la hora de dar respuestas, o más bien hacer ciertas preguntas. Es decir, como de costumbre, las reacciones de los protagonistas no son naturales, haciéndoles totalmente carentes de la más lógica curiosidad por saber. Y por consiguiente, el espectador se queda con ese saborcillo de boca como de que sí, pero no. Por otro lado y en positivo, estos adolescentes no son tan idiotas y fostiables como cabe esperar, y por ahí se agradece.
La premisa es bastante original, que eso de por sí ya es un acierto. Pero además la historia se presenta como una materialización de lo que es la pérdida de identidad, de la Pérdida a secas y con mayúscula, y sobre todo, de los recuerdos que pueden hacerte prisionero de una angustia vital, dependiente de ellos como un drogadicto adicto a su miseria, y de lo duro que puede llegar a ser decir adiós, desahcerte de esos recuerdos y pasar página antes de acabar sin remedio en el vacío más oscuro.
Puedo sonar apestosamente pretencioso, pero es lo que yo he sacado que tenga sentido de esta segunda temporada, cuyo último capítulo realmente me ha conmovido.
En más aspectos negativos, decir que les ha faltado fuelle en la atmósfera, que debería haber tenido un tinte más angustioso, opresivo, más de pesadilla.
Pero por otro lado, el trabajo de todos los actores me ha resultado muy correcto. Y el ritmo, sin ser ni rápido ni tener acción, tampoco es Fortitude, que desespera hasta al dalai lama.
En definitiva, un buen camino iniciado por Sy Fy que espero que vaya mejorando con más temporadas, y que no pierda la originalidad.
Reflexiones en la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La casa y sus "habitantes" se me antoja como una suerte de ser feérico, proveniente de un mundo de las hadas oscuro, absurdo, regido por otras reglas totalmente incomprensibles e imposibles en nuestro mundo. Algo como un IT pero menos maligno, y sí más cercano a la ufología de Jackes Vallée en su Pasaporte a Magonia. Una entidad que se manifiesta de manera absurda pero lo suficientemente coherente como para que resulte familiar, como el entrar en una simple casa. Y es que no puedo evitar pensar en John Keel y los hombres de negro, que nada tienen que ver con lo que te cuenta Hollywood o el canal Historia con sus flipados de los aliens, sino más bien con seres feéricos (y apariciones de humanoides, que es lo mismo y nada tendría que ver con marcianitos y hermanos cósmicos de otro planeta) que se adaptan a nuestro entorno y a nuestro tiempo (musas y semidioses, gnomos y trolls, hombres de negro, seres luminosos...), absurdos, inquietantes, extraños pero con ese toque familiar. Para mí la casa es algo de uno de esos otros mundos que están en este.