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Fidji Fidji · Atlántida
Voto de KesheR:
5
Acción. Ciencia ficción Tras el holocausto nuclear, la gasolina se ha convertido en un bien escaso y muy codiciado. Mad Max, héroe solitario, inicia una lucha sin cuartel para ayudar a una colonia de supervivientes constantemente atacada por un grupo de violentos guerreros que intenta arrebatarle un tanque de gasolina. Max decide ayudar a los defensores del tanque... (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2009
39 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas de las obras de Jules Verne han pasado a la Historia por ser profundamente visionarias y proféticas. "De la Tierra a la Luna", escrita en 1865 cuando la Luna solamente era parte del decorado nocturno, o "20000 leguas de viaje submarino", escrita en 1869 cuando lo más submarinista que se llevaba era respirar por un tubito, son buenos ejemplos sobre ello. Aunque Verne ponía la mejor de sus intenciones en la precisión científica y técnica, no cabe la menor duda de que se equivocó en muchas cosas. Nadie ha viajado nunca al Espacio dentro de una bala de cañón gigante, y los submarinos son artefactos bastante mediocres en los que hay poco que hacer aparte de beber y darse pajas.

Pero, en esencia, acertó.

George Miller no es un buen director ni un buen guionista. "Mad Max 2" es una película muy mala, y lo que casi es peor, muy hortera. La estética de esta película se encuentra entre las cosas más bizarras que he visto en mi puta vida. Comenzando por el mechón blanco de Gibson y terminando por el malo con el culo al aire, pasando por la Jane Fonda postapocalíptica, toda la película es una colección de excesos de vestuario que llega a resultar incluso entrañable. Pero la película no sólo es mala por ser hortera; el guión es tremendamente simple, con personajes planos y de relleno, incluyendo a Mad Max. Ninguno nos importa nada, ninguno tiene una mínima definición o carisma; el propio héroe de la cinta no parece tan invencible como lo pintan, ni tan chulo, ni tan guerrero. Por si esto fuera poco, le acompañan los dos talismanes del cine ochentero: el niño que no pinta nada y la mascota inseparable. El argumento, también, es de una simplicidad alarmante: malos contra buenos, y punto; los buenos de blanco y los malos de negro, no sea que el espectador se pierda.

Ahora bien: sube puntos por su capacidad visionaria.

Nadie parece preguntarse qué va a pasar con esta civilización cuando empiecen a escasear los combustibles que la han hecho florecer. George Miller fue un absoluto visionario al escribir un guión (un mal guión, pero algo es algo) sobre la relación directa que existe entre nuestra civilización y unos productos totalmente finitos que simplemente quemamos, sin vuelta atrás. Al igual que Jules Verne puso una bala hortera de camino a la Luna cuando sólo los enamorados pensaban en ella, George Miller fabricó una película hortera sobre el cenit del petróleo 17 años antes de que Colin Campbell publicase sus célebres artículos "La próxima crisis petrolera" y "El fin del petróleo barato", y 19 antes de que fundase la ASPO.

Bastante impresionante para un director tan aficionado a los tangas y al cuero.

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CONTINÚA EN LOS SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
(pero no hay spoilers)
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KesheR
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