Haz click aquí para copiar la URL
Fidji Fidji · Atlántida
Voto de KesheR:
10
8,4
4.096
Documental "Shoah" ("aniquilación" en lengua hebrea) es una revisión de la memoria del Holocausto en primera persona. Las víctimas, los testigos, todos aquellos que vivieron el horror y pueden, obligándose a recordar, devolver al presente una realidad que no debe caer en el olvido. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2008
83 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fundido en negro.

Un bosque. Una colección aparentemente inofensiva de troncos indiferentes. La cámara se adentra poco a poco en aquel mundo ajeno, extraño, fantasmagórico. Alguien va caminando por la carretera y se aparta rápidamente al paso del equipo de filmación. No quiere formar parte del documento, no quiere formar parte del bosque, no quiere formar parte de la Historia.

Esto, básicamente, es Shoah: fantasmas y una Historia que no quiere ser filmada, que se resiste a quedar de algún modo explicada y encerrada en un documento. Ninguna crítica puede, pues, aspirar a capturar lo que supone este documental, pues transitivamente éste mismo se resiste a cualquier resumen o acotación. Shoah no puede ser explicado y no puede ser comprendido en su totalidad. Shoah sólo podría ser descrito mediante un poema.

Fundido en negro.

- Aquí estaban los judíos, aquí en esta misma Iglesia. Venían unos camiones y se los llevaban.
- ¿Sabían que los iban a gasear?
- Sí, yo creo que lo sabían... Gemían al entrar.
- ¿Cuántos camiones hacían falta para vaciar la Iglesia?
- Unos cincuenta...
- ¿Unos cincuenta?

Fundido en negro.

- Yo trabajaba en la policía. Me ofrecieron la oportunidad de trabajar menos, así que me apunté. Cuando llegué allí, me hicieron firmar un juramento de silencio. A continuación me dijeron que estábamos allí para llevar a cabo la Solución Final.
- ¿Se lo dijeron con esas mismas palabras?
- Así mismo: la Solución Final. Yo no había oído eso en mi vida.

Fundido en negro.

- Uno de los camiones volcó en una ocasión al dar una curva. La puerta trasera se abrió de golpe y los judíos cayeron. Todavía estaban vivos, se arrastraban. Un oficial de la SS sacó su pistola y comenzó a matarlos a todos. Después llamaron a los judíos de trabajo para que levantasen el camión y metieran los cadáveres dentro.

Fundido en negro.

Un tren se dirige lentamente hacia Treblinka. Lanzmann va detrás de la Historia, pero no la persigue. Más bien la seduce, se empapa de ella, deja que la Historia venga a él. Lanzmann captura la imagen del maquinista, guardada para siempre: Historia marcada en un cuerpo humano. Mientras nos acercamos a Treblinka junto a la cámara, los fantasmas nos saludan desde ambos lados de la vía. Algo está pasando. Algo se remueve en el corazón mismo de la Humanidad. Lanzmann no sabe lo que es, nadie lo sabe. Él sólo puede aspirar a acariciar los bordes de la sinrazón, probar sutilmente su sabor. Las grandes preguntas permanecen invariablemente encerradas bajo siete sellos de hueso, mientras que la enajenación y la indiferencia quedan plasmadas para siempre en un objetivo.

Algo no está bien, algo se retuerce en el aire inquieto. La cámara filma los túmulos donde millones de esqueletos no descansan en paz todavía.

Porque algo, sencillamente, sigue sin estar bien.

Fundido en negro.
KesheR
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow