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Voto de Andyvalman:
7
Drama En 1941, el sacerdote polaco Maximilian Kolbe fue arrestado por los nazis. Sería recluido en el campo de concentración de Auschwitz. Con motivo de la fuga de un prisionero, los nazis escogieron a varios hombres al azar, para ser ejecutados y desalentar nuevas escapadas. Cuando uno de los prisioneros elegidos, padre de familia, suplicó por su vida pensando en los suyos, Kolbe se ofreció voluntario para sustituir a ese hombre. Juan Pablo ... [+]
30 de agosto de 2011
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película polaca sobre el martirio de San Maximilian Kolbe, monje franciscano que entregó su vida por la de un prisionero en Auschwitz. Al comienzo, la Iglesia no estaba de acuerdo en incluirlo en la categoría de mártir debido a que su sacrificio no encajaba en la definición de entregar la vida por la fe católica. El tiempo, sin embargo, se encargó de reivindicar y ponerlo de ejemplo a este pequeño gran hombre. Por eso Juan Pablo II, con toda justicia, lo llamó mártir de la caridad al canonizarlo en 1982.
La película no es notable, pero sí mantiene el interés en lo referido al testimonio personal del padre Maximilian y a la experiencia que soportó el prisionero fugado del campo de exterminio. Tal vez para los no creyentes sea otra película propagandística de un católico ejemplar, pero esa crítica, curiosamente es la que se refleja explícitamente durante la trama cuando dicen "la Iglesia necesita declarar santos". Pero no lo hace por publicidad, sino para mostrar al mundo que quienes siguen a Cristo de manera incondicional, incluso entregando su vida por amor a la fe o al prójimo acaban transformando al mundo y remeciendo las conciencias individuales.
Lo más acertado es la elección de Edward Zentara como el padre Maximilian, increíblemente parecido al verdadero mártir y también la actuación de Christoph Waltz, el futuro nazi Hans Landa de Malditos bastardos. La realización es áspera y de tono pausado para resaltar la pobreza en la que viven los monjes y la crudeza e inhumanidad de los nazis. Esa sequedad es apropiada para plasmar un testimonio de entrega en medio de tanto horror.
Quienes acusan a la Iglesia de "mirar para otro lado" durante el holocausto, ignoran que muchos católicos, monjas y sacerdotes también fueron asesinados en esa cruel carnicería llamada Segunda Guerra Mundial. El Papa Pío XII actuó con prudencia y tras bambalinas para poder ayudar a los perseguidos como se pudo. De lo contrario, la tragedia puso ser peor. Hay que ponerse en sus zapatos para saber en qué situación tan desesperada se vivió y cómo se podía actuar sin que fueran asesinados más inocentes.
Como dije, muy interesante y recomendable para conocer más de los católicos martirizados por los nazis. Se recomienda ver también Escarlata y negro y El noveno día.
Andyvalman
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