Interesante film en clave de terror, pero que no deja de ser un film de denuncia sobre los peligros que conlleva para la humanidad la energía nuclear  y sobretodo la manera de deshacernos de los residuos que genera. La  película esta basada en una serie de TV con el mismo título en ingles "Doomwatch".
El "Doomwatch",  es un laboratorio científico de medición para los casos de contaminación radioactiva, además de vigilar el buen uso de las nuevas tecnologías. En una investigación rutinaria descubren que en las aguas que rodean a cierta pequeña isla británica existen unos valores proteínicos anormales en la pesca. A partir de este punto, da comienzo una investigación que coincide con varias muertes violentas en la isla y que llevara al doctor encargado del caso a enfrentarse con la población local, por miedo a que este desvele el terrible secreto que ocultan.
Peter Sasdy, (La condesa Dracúla, 1971), dirige con maestría el film, en el que mezcla hábilmente el thriller con el  habitual cine de horror de su carrera, y nos muestra esa consabida cerrazón habitual en las poblaciones pequeñas y aisladas, que viven  con sus propias leyes y costumbres, pase lo que pase... aunque eso les pueda llevar a la ruina.
Ian Bannen, (La colina, 1965), da vida al doctor encargado de la investigación, secundado por una joven Judy Geeson, (El estrangulador de Rillington Place, 1971). Completan el reparto, John Paul y Simon Oates, ambos en los mismos papeles que en la serie original, (Doomwatch, 1970/72).
Film con ese inequívoco  aroma a serie B inglesa de los setenta, que la hace más interesante aún.