Esta película es ofensiva en más sentidos de los que me apetece enumerar.

Por poner algunos ejemplos:

- Ningún problema con lo que nos hemos comido tantas veces y que ya damos por supuesto en casi cualquier comedia romántica, que es esa importante parte del argumento en la que uno de los dos protagonistas (generalmente el tío) hace algo despreciable y que nadie perdonaría en la vida real, pero que como es una peli y tiene que triunfar el amor, se perdona y aquí no ha pasado nada.

- Pero también tenemos el rollo de que "antes no me gustabas porque estabas gorda y ahora se te ha quedado un culito que eres mi alma gemela".

- No menos repugnante "Hay qué ver qué pena doy porque mi novia me ha dejado y hasta me ha puesto una orden de alejamiento de lo psicópata que soy" HIT COMBO "Fantaseo con que alguien le diga a mi exnovia que sin mí no vale nada y con cargármela de un tiro tras un chascarrillo de machote".

- Otros estereotipos trasnochados. Ok, las comedias suelen estar cargadas de ellos, pero lo mínimo si te vas a reír de los españoles (o de los chinos, o de los italianos) es tratar de averiguar cómo hablan. ¿Por qué un personaje español habla con una mezcla de acento hindú y soviético? Qué de puntos ha perdido Hank Azaria de un plumazo.

La verdad es que lo del doberman chupando a Billy Crystal es de lo menos vomitivo de esta experiencia.