Harto ya de representaciones vanguardistas que complican y desvirtúan los textos clásicos para hacer adaptaciones que llamen la atención a toda costa, hubiese agradecido si hubiesen conseguido hacer de esta versión algo mucho más ligera y con menos texto, porque ideas se repiten, cosa que hoy en día le hubiera agradado a Chéjov.

Además hay detalles como la tormenta o la escena de los disparos en que hubiese sido mejor buscar un efecto más cinematográfico.

Es una obra "densamente reflexiva", complicada, pesada, y adusta que necesita concentración para seguirla bien.

Una obra sobre el deterioro de la vida, sobre la mediocridad (por decirlo pretenciosamente un poco al estilo del Tío Vania) o mejor dicho sobre el sentido anodino de la vida conyugal y vital promedio, es una típica obra de Anton Chéjov representada con honradez sin añadiduras estridentes. Aparte de José Bódalo que encaja bien en su papel contundente, destaca también Lola Lemos con su discreta belleza que enamora en cuanto le da el foco.