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España España · Oviedo
Voto de Gould:
8
Drama Yukiko y Tomioka fueron amantes durante la II Guerra Mundial, que pasaron en el sudeste asiático. Terminado el conflicto, Yukiko vuelve a Tokio en busca de Tomioka, al que cree divorciado, pero él sigue casado. A partir de ese momento su relación alterna separaciones y reencuentros, mientras otros hombres y mujeres pasan por sus vidas. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Fue como un sueño que compartimos”
“Caminado juntos parecemos una pareja”
“La vida de la flor es muy corta”

Desesperado melodrama del maestro japonés, posiblemente uno de los más tristes y desolados de toda su filmografía. Desarrollado entre paseos, charlas regadas con abundante sake y puertas que se abren y cierran, narra la historia de dos personajes Yukiko y Tomiola (Hideko Takamine y Masayuki Mori) a los que la guerra cruzó sus caminos en la ocupada Indochina japonesa y a los que la paz devolvió a un entristecido Japón de postguerra, donde tratan de reencontrar infructuosamente ese amor del pasado. Amor, celos, obsesión y traición componen este desencantado poema en el que asistimos a la degradación y al vacío que lleva a sus personajes a un callejón sin salida.
La interpretación de Hideko Takamine, actriz fetiche de Naruse, como una mujer que ama a un hombre que no está a la altura de su desquiciado amor es sencillamente prodigiosa lo que agranda la leyenda de Naruse como uno de los mejores directores de mujeres de la historia del cine, mujeres que para el director japonés siempre son víctimas, pero víctimas valientes y decididas. A pesar de todo la película no alcanza ese último grado de depuración de sus films posteriores: hay demasiados elementos e incluso escenas excéntricas a su filmografía: el uso de los flashbacks tan ajenos a su retórica, escenas de Hideko Takamine borracha o de una inaudita intimidad en los baños, besos inusualmente sensuales, o incluso una pincelada en la que aparece una manifestación comunista. Además la serena amargura de sus filmes deja paso ahora a la desesperanza más abierta y descarnada, tal vez un poco ajena al espíritu del director y que le acerca más al maestro Kurosawa. Sin embargo, y pese a todas esas salvedades, otro magnífico film del maestro Mikio Naruse.
Gould
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