Flojísima película que trata de describir la última gran ofensiva de los alemanes en la segunda guerra mundial. Errores históricos de bulto, escenas bélicas mal rodadas -¡pero qué mal mueren todos en esta película!-, abuso de transparencias y malgasto de estrellas en papeles planos sin sustancia. Parece mentira que una ofensiva en la que participaron 800.000 soldados aliados, 500.000 alemanes y miles de tanques se refleje tan enanamente en la película. Y el papel de Henry Fonda, de traca. Él se guisa y él se come toda la ofensiva: detecta los tanques desde un avión de reconocimiento, adivina siempre las intenciones enemigas aunque sus superiores no le crean y hasta acaba por incendiar los depósitos de combustible y si le dejan acaba la guerra en un periquete y detiene a Hitler. En fin, una pena. Por salvar algo citaremos el papel habitualmente canallesco de Telly Savalas - el único un pelín construido- o la extraordinaria pero infrautilizada banda sonora de Benjamin Frankel.