Producción de Michael Balcon para los estudios Ealing dirigida por el siempre reivindicable Michael Crichton, famoso por sus grandes comedias pero cuya filmografía merece conocerse al completo como parte de las abundantes maravillas del extraordinario cine británico de los años 40 y primeros 50.

Relato ambientado en la segunda guerra mundial sobre una escuela de saboteadores del servicio secreto británico que lleva a cabo misiones en la Bélgica ocupada por los nazis y cuyo fracaso les hace sospechar de la existencia de un colaboracionista en el grupo al que deberán descubrir en su nueva misión, encargada de destruir los archivos delos trabajadores belgas en el extranjero.

Es una buena historia, relatada con sencillez, realismo, buen gusto y el habitual tono documental que adoptan muchas producciones de Crichton –se inició siendo documentalista- en la que traidores, agentes dobles, deber y sentimientos se entremezclan de modo muy atractivo.

Interesante galería de personajes comandados por una bellísima y picassiana Simone Signoret, el soldado interpretado por Gordon Jackson -el inolvidable mayordomo de la famosa serie “Arriba abajo”-, tal vez un poco incómodo en la historia de amor, y destacado papel del canadiense Robert Beatty como padre Phillip. Agradable.