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Voto de Gould:
7
25 de mayo de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una más de las numerosas y gratificantes producciones británicas de cine bélico de los años 50, desarrollada en torno a un grupo de jóvenes pilotos de diferentes escuadrones aéreos -Beeswax, Nutmeg y Pimpinella- antes y durante la batalla de Inglaterra en la segunda guerra mundial.
Dividida muy claramente en dos partes, la primera se desarrolla de mayo a septiembre de 1940 donde nos presenta la base aérea y los diferentes personajes con sus ejes de tensión, destacando la labor de John Gregson como el esforzado “Septic”, el “obstinado e independiente” piloto que aguarda una oportunidad para volar a toda costa mientras trabaja en la sala de operaciones. Aquí la minuciosa descripción del trabajo técnico es detallada y absorbe por completo nuestro interés. La segunda parte relata los constantes bombardeos alemanes, el ataque a la base y la respuesta de los pilotos británicos.
Pese a ser una formula argumental numerosamente repetida en el cine -O’Ferrall parece inspirarse en otras producciones británicas como la magnífica “The way to the stars” realizada por Anthony Asquith en 1945-, no deja de tener una gran efectividad cinematográfica y emocional el relato de estos personajes, oficiales y pilotos, sus opiniones, afectos y enfrentamientos, en una vívida historia de camaradería y temple frente al avance nazi que dilucida igualmente las dificultades, tensiones y responsabilidades del mando representado por el gran Jack Hawkins, jefe de operaciones. Buena película.
Dividida muy claramente en dos partes, la primera se desarrolla de mayo a septiembre de 1940 donde nos presenta la base aérea y los diferentes personajes con sus ejes de tensión, destacando la labor de John Gregson como el esforzado “Septic”, el “obstinado e independiente” piloto que aguarda una oportunidad para volar a toda costa mientras trabaja en la sala de operaciones. Aquí la minuciosa descripción del trabajo técnico es detallada y absorbe por completo nuestro interés. La segunda parte relata los constantes bombardeos alemanes, el ataque a la base y la respuesta de los pilotos británicos.
Pese a ser una formula argumental numerosamente repetida en el cine -O’Ferrall parece inspirarse en otras producciones británicas como la magnífica “The way to the stars” realizada por Anthony Asquith en 1945-, no deja de tener una gran efectividad cinematográfica y emocional el relato de estos personajes, oficiales y pilotos, sus opiniones, afectos y enfrentamientos, en una vívida historia de camaradería y temple frente al avance nazi que dilucida igualmente las dificultades, tensiones y responsabilidades del mando representado por el gran Jack Hawkins, jefe de operaciones. Buena película.