Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de Gould:
5
Comedia. Drama. Musical En los Alpes, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), dos estafadores profesionales se conocen durante un espectáculo burlesco. Tras el estallido de la guerra, vuelven a encontrarse en Francia, pero ella va acompañada por un odioso barón, que se dedica al tráfico de armas y que cree que ella es una exiliada rusa. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción de la Metro, adaptación de la obra de teatro de Robert Sherwood premiada con el Pulitzer, autor también del guion -años después ganaría un Oscar por la soberbia “Los mejores años de nuestra vida” (1946) de William Wyler. Harry Van –Clark Gable-vuelve de la primera guerra mundial y se va a encontrar con grandes dificultades para reincorporase al mundo del “music hall”. En uno de sus espectáculos conoce a Irene -Norma Shearer-, una acróbata de supuesto origen ruso, con la que tiene un asunto pero que no volverá a encontrar hasta veinte años después en un país fronterizo en vísperas de la segunda guerra aunque ahora con otra identidad. Decepcionante y confusa mezcla de comedia, drama y algo de musical -formula que ya había probado el mismo director, con muchísimo más éxito, en “Sadie Mckee” (1934, Así ama una mujer) con Joan Crawford. El material parecía más apto para un director como Franz Borzage que para Clarence Brown –apreciadísimo director, todo sea dicho- y está llevado a cabo sin demasiada convicción. Con situaciones no muy brillantemente desarrolladas, la película abusa del personaje de la condesa –que parodia claramente a Greta Garbo- y hasta se permite incluso un desleído y desubicado panfleto inútilmente antimilitarista. Pese a que la película en su segunda parte tiene un ligero pero atractivo tono fatalista que anuncia con acierto algunas de las catástrofes venideras que se producirían en la guerra –la película fue estrenada a principios de 1939- todo resulta bastante artificioso, en un indeterminado país de frontera, con extraños pero amables policías que sin embargo fusilan con la misma facilidad que uno se come un bocadillo. Norma Shearer y Clark Gable, se esfuerzan por encontrar una difícil química –el papel de ella es uno de los más irritantes de su ponderada carrera- acompañados de Charles Coburn como doctor alemán o Burguess Meredith como idealista revolucionario. De cualquier manera, sólo por ver a Clark Gable cantar y bailar “Puttin’ on the Ritz” merecería la pena volver a ver esta alicorta película de un director capaz de lo mejor como el maestro Brown.
Gould
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow