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Voto de Archilupo:
8
Drama. Intriga. Romance En un barroco hotel, un extraño, X, intenta persuadir a una mujer casada, A, de que abandone a su marido, M, y se fugue con él. Se basa en una promesa que ella le hizo cuando se conocieron el año anterior, en Marienbad, pero la mujer parece no recordar aquel encuentro. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2008
112 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El año pasado en Marienbad" es un mundo aparte, un estético limbo.
Cerrado en sí mismo, no remite a una realidad externa. Obra de creación, no representa ni simboliza. Vive entre las bobinas, el proyector y la pantalla, y se actualiza al dar al botón, con reflejos diferentes para cada espectador; incluso para cada vez que un mismo espectador la contempla.

Es película mucho más poética que narrativa; más bien divagatoria, como el pensamiento humano en su funcionamiento natural, que mezcla memoria, imaginación, lógica y deseo.
La trama se reduce a un mínimo:
En un enorme, lujoso y suntuoso hotel de otra época, un hombre se obsesiona por convencer a una mujer de que un año atrás coincidieron en ese mismo lugar, se amaron y se citaron para un año después, el presente de la película. La mujer, que aparenta no recordar ese conjetural encuentro, se resiste al empeño persuasivo y se debate en la indecisión amorosa.

*Cosas que hay en "El año pasado en Marienbad":

-Jardín geométrico con suelo de grava, árboles cónicos y estatuas clásicas.
-Pasillos interminables.
-Frases que flotan en el aire, retazos de conversaciones.
-Un tiempo que arranca y se detiene, arranca y se detiene...
-Gente de etiqueta, uniformada.
-Espejos barrocos.
-Sirvientes mudos.
-Lámparas de araña.
-Montones de secretos.
-Armarios profundos.
(...)

La película es un especulativo ejercicio de estilo, de una apabullante perfección formal, rectilínea y solemne, especialmente en su montaje, trazado a compás (mano maestra de Resnais), y en el ritmo derivado de ese montaje.
De tan perfecta y centrada en sí misma resulta hermética, fascinadora.
Va con gustos encontrar glacial la temperatura del tono, enervante la espectral y reiterativa música de órgano, y un punto pedante el texto, muy de la 'nouveau roman' (que eran el propio Robbe-Grillet, Duras, Sarraute o Butor).

En la edición literaria del guión, Robbe-Grillet desaconseja al espectador la actitud cartesiana, racional, descifradora, y le recomienda "dejarse llevar por las extraordinarias imágenes proyectadas ante sus ojos, por la voz de los actores, por los ruidos, por la música, por el ritmo del montaje, por la pasión de los protagonistas...: en tal caso el film le parecerá el más fácil que jamás haya visto: un film que se dirige únicamente a su sensibilidad, a su facultad de contemplar, de escuchar, de sentir y de emocionarse".
Archilupo
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