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Voto de Archilupo:
8
Ciencia ficción. Terror. Fantástico En una estación experimental remota de la Antártida, un equipo de científicos de investigación estadounidenses ven cómo en su campamento base un helicóptero noruego dispara contra un perro de trineo. Cuando acogen al perro, éste ataca brutalmente tanto a los seres humanos como a los caninos del campamento, y descubren que la bestia, de origen desconocido, puede asumir la forma de sus víctimas... (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2009
79 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película, lo horroroso tiene la espectacular forma de vísceras colgantes, tentáculos viscosos, mucosidades purulentas y cabezas de lechal desollado, y se ensambla con efectismo en la sólida carpintería del suspense satisfaciendo, con este valor añadido, a los dispuestos a apreciarlo, los amantes de la casquería.

Las condiciones para el suspense son establecidas por Carpenter durante el largo inicio en despliegue de aciertos. Al cabo, una colección de datos intrigantes, sembrados sin vacilación, ha saturado de tensión enigmática el escenario.

En el invierno de 1982, un helicóptero sobrevuela la blanca inmensidad antártica, donde no desentona el correteo de un husky. Pero qué raro que desde el aparato le disparen con rifle de mira telescópica, una y otra vez, con tanto empeño como escasa puntería.
Cuando perro y helicóptero llegan a las inmediaciones de una estación científica norteamericana, las incógnitas no se despejan sino que se acentúan: la tripulación exhibe un comportamiento enloquecido mientras que el perro, tan típicamente canino que atrae el foco y se convierte en personaje, parece saber algo. ¿Algo sobre qué? Ahí está planteado el enigma. Sea lo que sea ese algo, tiene enorme calibre argumental, y su fuerza intrigante se multiplica en la escenificación escogida: un grupo variopinto (algún científico, pero también operarios que matan el ocio con naipes y billar, bebiendo a morro la inevitable botella de whisky de etiqueta bien visible), en radical aislamiento ante eventuales emergencias sobrevenidas en un desierto mundo gélido

Que tanto “la cosa” como la invasión corporal desatada se presenten tan visceralmente, en competencia con Cronenberg, no quita para que el tratamiento de la paranoia y los inherentes temas de lo otro, la posesión, el extraño absoluto, en clima de sospecha y proyección de miedos, de vigilancia y recelo que todo lo vuelven indicio, funcione con gran eficacia, manteniendo intensa inquietud y haciendo de “The Thing” un clásico del género.
Archilupo
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