Solamente hace falta leer las críticas para ver que efectivamente estamos hablando de mundos separados. El mundano, de quienes viven en paz con si mismos y sí siguen su corazón (arriesgándose así supuestamente a perder ese hipotético paraíso), y el de quienes abniegan voluntariamente (o mas bien de forma indoctrinada) de su propia naturaleza, atrapados bajo una red de normas con el gancho ficticio de la vida eterna en algún paraíso (en este caso sin 72 vírgenes, ya que esas solo esperan en el paraíso islámico). Un tema por cierto muy recurrente en todas las religiones: sufre en vida y disfrutarás muerto. Y que fácil es culpar al diablo de todos los males, así no necesitas preocuparte de solucionarlos ni de combatirlos, simplemente es trabajo del diablo y te debes distanciar. Y nada mejor que culpar a alguien que no puede responder, mas fácil imposible. Todo lo que no cumpla con tus propios valores es trabajo del diablo, y listo. De esa forma te puedes mantener cerrado a otras opiniones sin necesidad de valorarlas o explorarlas o ni siquiera llegar a formar tu propia opinión sobre ella (la tuya propia me refiero, no la indoctrinada). La tuya (la indoctrinada) es la única verdad. Eso si, tu verdad (y tu dios) depende de cuando y donde hayas nacido. Porque al igual que aquí defienden estas creencias, esas mismas personas si hubieran nacido en países islámicos estarían defendiendo con el mismo fervor aquellas creencias... O si hubieran nacido hace 3000 años, entonces estarían como todos los demás en aquella época rezando al sol, o a un volcán, o algo por el estilo, que estaría igualmente justificado ya que esa era la creencia a seguir en ese lugar o en esa época.

Tiene toda su lógica eso de no fomentar el conocimiento, prohibir tener contacto con aquellos que han caído de su fe, y de jamás cuestionarse su propia fe. Imagínate que alguien ha tenido motivos para abandonar el grupo, entonces esos mismos motivos podrían funcionar para todos, y adiós. Por lo cual existe un interés por el hermetismo para evitar influencias externas.

Un aspecto importante de esta película es que permite ese debate, que rompe con esos hermetismos, enfocando desde las dos visiones tan dispares y mostrando la justificación de ambos. Algo que en su día hizo también la película Camino (2008), pero en aquel caso no iba sobre testigos de Jehová sino sobre el Opus Dei. Aunque debo admitir que Camino me pareció mucho mas objetiva que Mundos separados, ya que Mundos separados da una visión de los testigos de Jehová mas bien desde fuera que desde dentro, cosa que no ocurre en Camino. También he de decir que, como todas las religiones, la de Jehová también tiene sus cosas buenas, y aquí desde luego se centra sobre todo en las malas. Quizás en estos aspectos Mundos separados se queda corta en comparación con Camino, que es mas respetuosa con todas las creencias.