Directamente te lo digo: si no te gustan las artes marciales NO veas esta película. Al principio se hace lenta como ella sola, demasiado tiempo presentando y definiendo personajes que al final no pintan mucho, pero en cuanto Bae Dal comienza su entrenamiento la cosa cambia y empieza a ganar enteros.

Vale, no es la película del año, pero tal y como está el género de las artes marciales ultimamente se agradece bastante el esfuerzo. Contiene los elementos básicos para que te flipes como un niño chico en los momentos clave: un entrenamiento con musiquilla épica, un buen duelo final, y una filosofía de voluntad y superación que impregne toda la película... ¡Coño! Nos ha salido la versión karateka de Rocky...