Un músico en busca de canciones llega a un sitio recóndito. Allí encontrará a una misteriosa mujer que tararea una bella melodía.

El argumento resulta familiar –chico de ciudad viaja a un idílico paraje donde habita lo desconocido-, pero la dirección de Richard Donner eleva el nivel, dotando a la atmósfera de un toque onírico.

Todo gira en torno a una canción cuya letra nos va revelando la trama. La fuerza del capítulo estriba en el ambiente fantasmal que envuelve a las escenas en el bosque, en la extrañeza de las actitudes de los personajes secundarios, o en el sentimiento de fatalidad que persigue al protagonista.

Se trata, en resumen, de una buena historia de fantasmas. El hijo de Bing Crosby, Gary Crosby, encarna a una arrogante estrella de la música que se topa con su destino.