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Voto de Moncho:
4
Drama Galicia, años 40. Al mismo tiempo que sortea los rigores de la posguerra, Elena (Verdú) y su hijo Lorenzo (Roger Princep) mantienen las apariencias para ocultar los secretos de la familia: Elenita (Irene Escolar), la hija adolescente, se ha fugado embarazada con su novio Lalo (Martín Rivas), un joven fichado por la policía; y su marido (Javier Cámara) vive oculto en un hueco practicado en el dormitorio matrimonial. Por si fuera poco, la ... [+]
6 de septiembre de 2008
70 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego, estamos delante de una película, de una historia -o mejor dicho: las circunstancias históricas reales que la rodean - que cuenta algo que apela muy directamente al corazón del espectador. Quiero decir que si uno conoce un poco la historia de España -y ya no digamos si tiene noticia familiar, por amigos, conocidos... de casos más o menos semejantes a los que se narran en el film- es muy difícil no sentir simpatías/antipatías por las personas reales que puedan estar detrás de los personajes de ficción. De este modo, es fácil entrar en el mundo que se nos describe y, en consecuencia, mirarla con simpatía, perdonar sus fallos y juzgarla positivamente o, al menos, con benevolencia.
Me imagino que a mucha gente le pasará lo que acabo de describir y comprendo que es algo que se escapa a la razón, porque manda el corazón.
Ahora bien; si uno se plantea que lo que está viendo en la pantalla es -tiene que ser- sobre todo cine... entonces la impresión es otra muy diferente. La impresión es la de una historia cinematográfica fallida. Fallida, en primer lugar, por un guión poco sólido, confuso, en el que son demasiados los cabos sueltos (ya sé que decir tal cosa del gran Azcona parece un pecado, pero ésa es la verdad, por mucho que (me) duela). El personaje del cura -fundamentalísimo- está pesimamente tratado, es contradictorio -y no buscadamente contradictorio que sería lo bueno-, imposible de mantener. Y, sobre todo, está interpretado de una forma tan monocorde que echa para atrás. Lo siento por el actor, pero tiene muchísimo que aprender. Por ejemplo, y sin ir más lejos, de quién le da la réplica: Maribel Verdú y Jose Ángel Egido, salvando ambos lo muy dificílmente salvable. Por lo demás, la historia de los jóvenes huidos a Portugal no pega nin con cola en el conjunto de la narración, aparece como un añadido puesto ahí con calzador.
En fin; con toda la publicidad a favor y con un estado sentimental de la opinión pública -o parte de ella- por causa de la memoria histórica también a favor, le darán varios Goya. Pero no será justo ni honrado. Cinematográficamente, quiero decir.
Nadie mejor persona que mi tío Demetrio, republicano de corazón. Pero una cosa fue su dignidad, su valentía y otra que yo crea que sus relatos merecían el Nobel. No sé si me explico, pero algo parecido pasa con la película: las buenas intenciones no hacen necesariamente buen cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Moncho
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