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España España · Barcelona
Voto de Adri:
8
Drama. Comedia. Intriga Un profesor de literatura francesa, desalentado y hastiado por las insulsas y torpes redacciones de sus nuevos alumnos, descubre entusiasmado que, por el contrario, el chico que se sienta al fondo de la clase, muestra en sus trabajos un agudo y sutil sentido de la observación. Este chico, que se siente extrañamente fascinado por la familia de uno de sus compañeros, escribirá, animado por el profesor, una especie de novela sobre esa ... [+]
8 de noviembre de 2012
67 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scheherezade era una reina persa protagonista de la historia principal de la célebre recopilación de cuentos árabes Las mil y una noches. La fábula de Scheherezade nos cuenta la leyenda del sultán Schariar, un rey que al descubrir que su esposa le engañaba con un esclavo negro, decidió desposar a una virgen cada día para luego decapitarla a la mañana siguiente. Scheherezade, la hija del visir (ayudante del rey), se ofreció voluntariamente como esposa del sultán para, una vez llegada la noche, contarle un cuento. El relato mantuvo al rey entusiasmado toda la noche y, al llegar al alba, la muchacha se detuvo justo antes del final prometiéndole explicárselo a la noche siguiente. El sultán la perdonó esperando saber el final de aquella historia que le había tenido entusiasmado toda la noche. Al día siguiente, volvió a hacer lo mismo y, después de repetirse esa situación durante mil noches, el sultán se dio cuenta de que no sólo había sido entretenido sino que también había sido enseñado y educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Scheherezade, quien, finalmente, se convirtió en su reina.

En la casa, la última película del cineasta francés François Ozon (que adapta la obra teatral de Juan Mayorga, “El chico de la última fila”), Germain es un profesor de lengua francesa que, tras comprobar el pésimo nivel de sus estudiantes y su desinterés por el aprendizaje, ha perdido la motivación por enseñar. Un día en el comedor de su casa, repartiendo suspensos cual sultán Schariar decapitando esposas, se cuela un escrito entre los trabajos de sus alumnos que le llama la atención por su calidad y agudeza. El escrito es de un estudiante llamado Claude que cuenta con sarcasmo y perspicacia el día a día de la familia de otro alumno de su clase llamado Rapha. El escrito se detiene justo cuando se pone más interesante, dejando a Germain con la intriga de cómo continuará la historia, por ello, decide contactar personalmente con Claude para ayudarle y aconsejarle y así poder desarrollar el enorme talento creativo que el chico atesora. En cada reunión extraescolar, Claude le entrega la continuación del anterior escrito deteniéndose justo en la parte más interesante del mismo, manteniendo, a Germain, cada vez más intrigado por saber el devenir de la historia, hasta llegar al punto en el que ambos se verán envueltos en una espiral de dependencia recíproca que desembocará en un mar de sucesos impredecibles.

He querido empezar con este símil literario porque ¿es casualidad que, de entre las numerosas referencias culturales que tiene el filme, una de ellas sea a Scheherezade? Creo que no. En la casa es una especie de ingeniosa, morbosa y satírica actualización de la historia Las mil y una noches donde Ozon, en un ejercicio de virtuosismo narrativo (y de montaje), alterna realidad y ficción como si de un mago se tratase. Un juego de espejos muy “woodyallenesco” en el que las fronteras entre lo real y lo imaginario (que no fantástico) se confunden cada vez más a medida que nos acercamos al final de la película.
El personaje de Claude se convierte en la Scheherezade de Germain pero, a la vez, se convierte en la nuestra. En un estupendo juego metalingüístico, el devenir de su relato trasciende gradualmente del papel para cobrar vida en la pantalla y repercutir en la historia del filme, de tal manera que ambos se funden en uno sólo siendo, el propio Claude, el que juega simultáneamente con los personajes y el propio espectador.

Con tan ocurrente recurso narrativo, que demuestra lo poco exploradas que están algunas fórmulas de contar historias en el cine, Ozon navega entre el voyeurismo de Hitchcock y la turbia seducción del visitante de Teorema (1968) de Pasolini para manipularnos (en el sentido más positivo del término) y mantener nuestro interés centrado en la pantalla.

La película transita por una vía que empieza en la inocencia de un simple alumno ávido de aprendizaje, prosigue por la comedia inteligente que, luego, muta en drama sentimental y acaba en una suerte de maquiavélico final un tanto abrupto y atropellado y es que, al contrario de una de las frases que el personaje de Germain cita sobre los finales de las novelas, este final no te lo esperas, pero podría haber acabado de otra manera.

A lo largo de ese trayecto vemos el proceso de aprendizaje que experimenta tanto Germain como Claude, porque ambos aprenden el uno del otro en esa reflexión que Ozon hace sobre el proceso de creación y sobre la relación entre el autor y su público. Un proceso que tanto se puede aplicar a la literatura, al cine, al teatro o a cualquier medio o expresión que implique crear. La relación que se establece entre ambos protagonistas va más allá de profesor/alumno. En realidad, se trata de una dependencia artística entre dos personas en diferentes momentos vitales y separadas por varias generaciones pero que viven por y para la ficción, que canalizan sus deseos, sus miedos y sus inquietudes a través de la literatura y ahí los tenemos, al final, sentados en un banco el uno al lado del otro, cual sultán Schariar doblegado por su retorcida Scheherezade particular, imaginando historias para sentirse vivos.

En la casa viene avalada por la Concha de Oro del Festival de San Sebastián pero es una película que no necesita aval ninguno, ella sola tiene la calidad suficiente como para hacer las delicias tanto de los cinéfilos empedernidos como de aquél que le guste el cine y busque pasar un buen rato viendo un producto entretenido, divertido, emocionante y que apunta directamente al intelecto del espectador pero, también, a su corazón.


http://bigkahuna3.blogspot.com.es/
Adrián Peña
Adri
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