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Voto de TeAmargo:
9
23 de febrero de 2018
82 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más complejas, sorprendentes y emocionantes que recuerdo haber visto por sorpresa (la palabra "recuerdo" cobra especial importancia dentro de la temática de la cinta). Corea del Sur demuestra su nivel creciente de calidad en el cine, y Netflix sigue demostrando que puede ser una plataforma que realmente da la talla a la competencia por adquirir o contribuir a hacer de forma directa productos como estos. Un thriller tenso y angustioso, que absorbe y entretiene como ninguno lo había hecho conmigo hasta ahora (y mucho más si no se sabe absolutamente nada de el -exceptuando aquellos que no se puedan aguantar, absteneos de los spoilers-).
Uno que arranca con ciertos guiños a 'Sospechosos habituales' -esa cojera- y 'La invasión de los ultracuerpos' -esa paranoia tan incuestionable como injustificable-. Uno que juega al despiste con los ruidos del "cuarto al que está prohibido entrar" en su primeros diez minutos para luego desembocar en una de las tramas más inteligentes que cabría esperarse de una producción como esta. Pero la cosa no se queda ahí, los giros no son meros artificios o juegos de manos para impresionar o aturdir sin más. Contribuyen a los personajes, los enriquecen, los conectan entre ellos de formas sorprendentes, los ponen en un contexto mucho más emotivo del que podría esperarse, hasta desembocar en un tercio final magistral.
Una película tramposa al principio, sorprendente en su desarrollo y emocionante en su desenlace. Prácticamente lo tiene. Mucho más de lo que cabría esperar con su póster o su presentación inicial. No os la debéis perder por nada. O al menos, pese a la opinión que tengáis de ella luego de verla, vedla antes que los americanos hagan su remake. Pues huele a que será rehecha de alguna manera y de forma inmediata. Y merece ser vista por sí misma.
Uno que arranca con ciertos guiños a 'Sospechosos habituales' -esa cojera- y 'La invasión de los ultracuerpos' -esa paranoia tan incuestionable como injustificable-. Uno que juega al despiste con los ruidos del "cuarto al que está prohibido entrar" en su primeros diez minutos para luego desembocar en una de las tramas más inteligentes que cabría esperarse de una producción como esta. Pero la cosa no se queda ahí, los giros no son meros artificios o juegos de manos para impresionar o aturdir sin más. Contribuyen a los personajes, los enriquecen, los conectan entre ellos de formas sorprendentes, los ponen en un contexto mucho más emotivo del que podría esperarse, hasta desembocar en un tercio final magistral.
Una película tramposa al principio, sorprendente en su desarrollo y emocionante en su desenlace. Prácticamente lo tiene. Mucho más de lo que cabría esperar con su póster o su presentación inicial. No os la debéis perder por nada. O al menos, pese a la opinión que tengáis de ella luego de verla, vedla antes que los americanos hagan su remake. Pues huele a que será rehecha de alguna manera y de forma inmediata. Y merece ser vista por sí misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al principio juegan con las posibles alucinaciones del protagonista, con una suerte de presencia fantasmal que lo atormenta de ese cuarto cerrado a cal y canto e incluso cuando secuestran a su "hermano" piensas que todo tiene algo que ver. Hasta que entonces desvelan que el protagonista no está loco y que sus presuntos familiares, aún bajo la misma apariencia, claman no ser ellos. En ese instante piensas que la película ya no tiene nada a lo que agarrarse para sorprender. Hasta ese increíble momento en la comisaría. Ese calendario, esa televisión referenciando a Trump. Y ese espejo revelador que ha dejado de proteger a la imagen mental de su protagonista para golpearle de bruces con la realidad.
La idea de la amnesia es brillante, todas las piezas encajan y no hace otra cosa más que acrecentar el duelo entre el investigador y el protagonista -recién descubierto que es un homicida-. Incluso lo niega y nosotros como la audiencia hasta seguimos creyéndole como si estuviésemos cegados a pastillas como las que él tomaba en orden de mantener su estado hipnótico.
Pero el pasado siempre vuelve. Y más si sus gritos se prolongan aún con cuchillos sanguinarios tratando de callarlos cobarde e infantilmente. Y no se reduce sólo a si fue él el asesino o no. Ese espejo revelador de la vejez del protagonista, así como ese atropello a modo de karma instantáneo que ha sufrido antes, le abren los ojos de forma definitiva permitiéndole admirar (o mejor dicho temer) una sociedad depravada en la cual un golpe del destino azaroso le arrebata a su familia de un plumazo, pone a su hermano en coma, lo desespera hasta hacerle plantearse dilemas horribles y culminando con un médico aparentemente respetable -quien trata a su propio hermano- el cual es capaz de aprovecharse de él para hacerle matar a su mujer en orden de cobrar un seguro convenientemente contratado. Aún a expensas de que todo salga terriblemente mal.
Y ese niño que dejó con vida, a modo de perdón redentor, ha acabado convertido en el incansable investigador que le da caza desde el principio. Un perdón convertido en sentencia de muerte. Un individuo de porte elegante pero alma rota que sabe de donde proviene, uno que sabe que sus raíces paternas son corruptas, pero que quiere oírlo decir al una vez presunto asesino y ahora pardillo culpable para poder cerrar un doloroso círculo.
Y cuando la película parece quedarse nuevamente sin ideas en su final y epílogo, nos pega los últimos puñetazos definitivos: un doble -y muy doloroso- suicidio y una feliz introducción de ese joven protagonista antes de ser asesino y de ese inocente infante antes de ser cazador. Sus familias y sus vidas ya se habían cruzado sin saberlo. ¿Quién iba a esperarse que esas sonrisas y ese adiós entre ellos iba a acabar de una forma tan dolorosa? Un final demoledor, trágico, bello en cierta forma y sin dudas perfecto para la película. Ha sido una hipnosis de pesadilla para los dos, pero una vez muertos tal vez haya esperanza para que puedan "despertar" de ese "mal sueño".
La idea de la amnesia es brillante, todas las piezas encajan y no hace otra cosa más que acrecentar el duelo entre el investigador y el protagonista -recién descubierto que es un homicida-. Incluso lo niega y nosotros como la audiencia hasta seguimos creyéndole como si estuviésemos cegados a pastillas como las que él tomaba en orden de mantener su estado hipnótico.
Pero el pasado siempre vuelve. Y más si sus gritos se prolongan aún con cuchillos sanguinarios tratando de callarlos cobarde e infantilmente. Y no se reduce sólo a si fue él el asesino o no. Ese espejo revelador de la vejez del protagonista, así como ese atropello a modo de karma instantáneo que ha sufrido antes, le abren los ojos de forma definitiva permitiéndole admirar (o mejor dicho temer) una sociedad depravada en la cual un golpe del destino azaroso le arrebata a su familia de un plumazo, pone a su hermano en coma, lo desespera hasta hacerle plantearse dilemas horribles y culminando con un médico aparentemente respetable -quien trata a su propio hermano- el cual es capaz de aprovecharse de él para hacerle matar a su mujer en orden de cobrar un seguro convenientemente contratado. Aún a expensas de que todo salga terriblemente mal.
Y ese niño que dejó con vida, a modo de perdón redentor, ha acabado convertido en el incansable investigador que le da caza desde el principio. Un perdón convertido en sentencia de muerte. Un individuo de porte elegante pero alma rota que sabe de donde proviene, uno que sabe que sus raíces paternas son corruptas, pero que quiere oírlo decir al una vez presunto asesino y ahora pardillo culpable para poder cerrar un doloroso círculo.
Y cuando la película parece quedarse nuevamente sin ideas en su final y epílogo, nos pega los últimos puñetazos definitivos: un doble -y muy doloroso- suicidio y una feliz introducción de ese joven protagonista antes de ser asesino y de ese inocente infante antes de ser cazador. Sus familias y sus vidas ya se habían cruzado sin saberlo. ¿Quién iba a esperarse que esas sonrisas y ese adiós entre ellos iba a acabar de una forma tan dolorosa? Un final demoledor, trágico, bello en cierta forma y sin dudas perfecto para la película. Ha sido una hipnosis de pesadilla para los dos, pero una vez muertos tal vez haya esperanza para que puedan "despertar" de ese "mal sueño".