Esta es otra película de acción Liam Neeson haciendo tándem con Jaume Collet-Serra, la cuarta en concreto. Entretenimiento puro, a prueba de balas. Se pasa en un suspiro. Hasta ahí, bien. Lo único es que si es la última de este dúo o la última de Neeson dentro del género de la acción por desgracia no es de sus mejores esfuerzos.

Vamos a repasar brevemente:
+Es un remake encubierto de ‘Non-Stop (Sin escalas)’, desde la absurdez de su trama hasta sus increíbles escenas de acción al final -uso del teléfono móvil y paranoia entre pasajeros incluido-, pero esta vez en un tren (evoca a ‘Extraños en un tren’ en su planteamiento, luego toma la forma que toma).
+Liam Neeson se hace mayor -y se nota, con todos mis respetos- y mientras que su vulnerabilidad física le hace ser alguien ligeramente apegado al espectador, esto provoca que algunas escenas de acción y lucha parezcan una parodia involuntaria. Habiéndose cepillado ya un avión, una ciudad y ahora un tren va camino de convertirse en el nuevo gafe de mala suerte con habilidades especiales. Aún así, demuestra ser un actor como la copa de un pino y carisma envidiable para sacar el tinglado adelante.
+Seguidores de Vera Farmiga: no vayáis al cine a ver esta película por ella. Sólo aparece apenas cuatro minutos en total. Luego intentan hacerse con ella un Kiefer Sutherland en ‘Última Llamada’ pero a mi gusto no les sale ni de lejos. Sam Neil y Patrick Wilson son más cameos glorificados que otra cosa.
+Si bien la trama es un sin sentido gigantesco e infantiloide, revela sus giros demasiado fácil y pronto. Por lo menos las anteriores del tándem Collet-Serra/Neeson (‘Sin identidad’ y ‘Non-Stop’ sobre todo) se las arreglaban para aguantar como campeonas hasta el acto final. Aquí es previsible desde el comienzo. La maquinaria de disfrute se siente cansada.
+La hipetrófica y risible secuencia de descarrilamiento atronadora (aparte de estar en los tráilers, no esperaréis tener a Neeson en un tren y que este llegue a la estación como nuevo, ¿no?) hace quedar al final de la ‘Misión Imposible’ de 1996 y al maquillaje de Neeson como ‘Darkman’ en 1990 -película de serie B profunda- como obras maestras insuperables. ¿Cómo puede ser que los efectos especiales de hoy día sean tan apestosamente malos? Un niño con maquetas hace volcar vagones mejor.

La película se deja ver, bastaría que no siendo el tipo de película que es. Tiene además dos golpes muy buenos (uno pasada la hora de película -una muy divertida pelea en plano secuencia que puede ser mi favorita de todas las peleas del dúo Neeson/Collet-Serra – y otro un gesto emocionante por parte de los pasajeros del tren en el clímax que mejora la situación). Pero aún así es floja. Hay que ser sincero y todo hay que decirlo. Ya no veo estas pelis por disfrutarlas de entrada, las veo para reírme (de lo contrario, toda sorpresa sería bienvenida). Y no sé hasta que punto esto puede beneficiar a este tipo de largometrajes -los personajes del cine de acción bueno suelen ser sufridores que sufres con ellos-. Si van a hacer más, mejor que se piensen mejor un pelín la trama y sus giros (a pesar de ser una película para pasar el rato y ya, no quita que deba estar ejecutada correctamente). De ser una despedida, debieron quedarse en ‘Una noche para sobrevivir’ -a mi gusto es su pico de pasajera calidad y un suficiente balance entre el esperado disfrute y el drama tópico de personajes-.