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Voto de tolstoievska:
10
2 de noviembre de 2007
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enokizu, el protagonista de esta historia, se rebela ante la sociedad y ante la actitud sumisa que muestra su padre pese a las injusticias que recibe de las autoridades. Ya desde niño Enokizu era problemático, y al pasar a la edad adulta su rebeldía e inadaptación le arrastran a la delincuencia y el crimen.
Este es uno de los mejores estudios que se han realizado en el cine sobre la vida de un asesino y su conducta cotidiana entremezclado y camuflado entre la gente "normal". Las relaciones con su familia -cada vez más imposibles- son entrelazadas con sus distintas aventuras, estratagémas y engaños que le permiten obtener dinero sin trabajar. A su paso, siempre libre y al margen de la ley, dejara una lista de cadáveres dispersos en distintos puntos de la isla de Honshu, que permitiran a la policía seguir su rastro...
Este es uno de los mejores estudios que se han realizado en el cine sobre la vida de un asesino y su conducta cotidiana entremezclado y camuflado entre la gente "normal". Las relaciones con su familia -cada vez más imposibles- son entrelazadas con sus distintas aventuras, estratagémas y engaños que le permiten obtener dinero sin trabajar. A su paso, siempre libre y al margen de la ley, dejara una lista de cadáveres dispersos en distintos puntos de la isla de Honshu, que permitiran a la policía seguir su rastro...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...en su peregrinación por este mundo de ladrones y asesinos, Enokizu terminará por despreciar practicamente cualquier regla que lo limite, y quizás por ello su único final posible sea la autodestrucción, pues al cortar todo vínculo, todo lazo, incluso con aquellos seres a los que podía llegar a amar, su destino sólo puede ser la autodestrucción.
Al final, la criminalidad de Enokizu le llevará a perjudicar incluso a gente inocente que nada tiene que ver con su rebeldía ante las injusticias del poder establecido, y que nada tiene que ver con su ansia de ser libre. Así, Enokizu se crea su propia carcel, que es la vida que lleva, siempre mintiendo y escondiéndose como un animal acosado. Un animal que de vez en cuando caza y devora a otros animales más débiles o indefensos.
También es muy interesante la crítica social que hay en la película, donde algunos otros personajes no nos parecen en realidad mucho mejores que Enokizu.
Y cuando en la posada donde vive temporalmente Enokizu un hombre viola a la dueña, Imamura nos invita a los espectadores a odiar a ese repugnante marido y presunto hombre respetable, y quizás, probablemente, deseamos que Enokizu, que escucha la violación desde la cocina, coja el largo cuchillo que cuelga delante suyo y mate a ese marido despota y cabrón.
Una gran película, con mucho trasfondo sociológico detrás de su aparente intriga policíaca.
Muy buena.
También hay, como es habitual en el cine de Imamura, algunas escenas de gran sensualidad y erotismo. Y es que al gran director japonés el sexo siempre le pareció un tema fundamental que no se podía soslayar, y que convenía introducir en su particular y exuberante mundo cinematográfico.
Al final, la criminalidad de Enokizu le llevará a perjudicar incluso a gente inocente que nada tiene que ver con su rebeldía ante las injusticias del poder establecido, y que nada tiene que ver con su ansia de ser libre. Así, Enokizu se crea su propia carcel, que es la vida que lleva, siempre mintiendo y escondiéndose como un animal acosado. Un animal que de vez en cuando caza y devora a otros animales más débiles o indefensos.
También es muy interesante la crítica social que hay en la película, donde algunos otros personajes no nos parecen en realidad mucho mejores que Enokizu.
Y cuando en la posada donde vive temporalmente Enokizu un hombre viola a la dueña, Imamura nos invita a los espectadores a odiar a ese repugnante marido y presunto hombre respetable, y quizás, probablemente, deseamos que Enokizu, que escucha la violación desde la cocina, coja el largo cuchillo que cuelga delante suyo y mate a ese marido despota y cabrón.
Una gran película, con mucho trasfondo sociológico detrás de su aparente intriga policíaca.
Muy buena.
También hay, como es habitual en el cine de Imamura, algunas escenas de gran sensualidad y erotismo. Y es que al gran director japonés el sexo siempre le pareció un tema fundamental que no se podía soslayar, y que convenía introducir en su particular y exuberante mundo cinematográfico.