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Voto de Morell:
7
6,0
141
Drama
Gracias a un concurso radial, una chica obtiene cuatro días de vacaciones en Ostende, provincia de Buenos Aires, en un enorme hotel. No es temporada y ella llega sola al lugar. Su novio se le sumará unos días más tarde. En la playa hay sol pero demasiado viento; y un bar no muy sofisticado atendido por un mozo charlatán. En este ambiente sin obligaciones y sin grandes atractivos más allá de la cercanía de una playa ventosa y un mar no ... [+]
11 de abril de 2020
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Es el típico film que empieza a gustar tiempo después de haberlo visto.
Quizá frustre a quien desee verla aplicando criterios lógicos corrientes, no es una construcción basada en silogismos ni sostenida en imágenes precedentes.
Hay que dejarse llevar por el ritmo que imponen ciertos "protagonistas" omniscientes, tales como el mar, el hotel semidesierto, la playa hostil con su soledad y su viento y porque no, su bravura.
Ese universo propone un despojamiento de las sensaciones corrientes.Los personajes están bien marcados en sus actitudes pero sus mensajes lucen como indescifrables. Ése es el leimotiv.
Misterio (módico quizá) tensión en aumento con un final ¿desconcertante?. Sólo en lo formal (otra vez), no así en las reglas que impone la película desde la charla de la protagonista con el mozo del bar del hotel. Quizá sea esa la clave. Misterios con resolución en suspenso.
Quizá frustre a quien desee verla aplicando criterios lógicos corrientes, no es una construcción basada en silogismos ni sostenida en imágenes precedentes.
Hay que dejarse llevar por el ritmo que imponen ciertos "protagonistas" omniscientes, tales como el mar, el hotel semidesierto, la playa hostil con su soledad y su viento y porque no, su bravura.
Ese universo propone un despojamiento de las sensaciones corrientes.Los personajes están bien marcados en sus actitudes pero sus mensajes lucen como indescifrables. Ése es el leimotiv.
Misterio (módico quizá) tensión en aumento con un final ¿desconcertante?. Sólo en lo formal (otra vez), no así en las reglas que impone la película desde la charla de la protagonista con el mozo del bar del hotel. Quizá sea esa la clave. Misterios con resolución en suspenso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La charla de intromisión del mozo del bar con la protagonista nos prepara (y de eso uno se da cuenta cuando el film termina) refiriendo a un misterio que es el argumento de una película en estado de gestación pergeñada por aquél, que plantea un meollo que no ha podido dilucidar ni nunca lo logrará probablemente.
La protagonista en su tiempo que se hace infinito en ese universo de sonidos que más se parecen a ruidos por la distorsión de palabras no escuchadas con claridad detrás de las paredes, el eterno sonido del mar, imposible de asimilarlo a una nota musical, sí a un ruido y fundamentalmente, el seguimiento (casi detectivesco) de la protagonista a la pareja del hombre maduro con una de las jóvenes de un extraño trío, cuya vinculación obsesiona a la protagonista, a través de los médanos y la espesura, usando el desenfoque de la imagen como herramienta para situarnos en esa frontera de lo real y lo subjetivo, no es otra cosa que la preparación de otra historia en gestación en la imaginación de aquélla.
El final nos deja con el mismo sabor que adelanta el argumento que cuenta el mozo, que muy suelto nos dice: "hasta aquí llego, el resto aún no sé como será"
Por el contrario, el film presenta un final concreto y fuerte en las imágenes sobre todo en el plano final con sus largos 4 minutos con el mar como único testigo.
La protagonista, creadora por observación e intuición del drama en ciernes que se desataría en ese triángulo indescifrable, la convierte en una autora que también, como el mozo, desconocerá el final de su construcción.
En este caso se concreta dramáticamente el final, pero para ella siempre será una historia de su imaginación.
Y ese es el valor metafísico del film. Un teorema al que la protagonista no le encuentra la resolución.
¿Y porqué? Simple; el tiempo finito de ella y su novio (personaje que sólo distrae un poco burdamente con su indiferencia por el relato y por las presunciones de su novia) en Ostende se agota, y esa despedida entre el mozo y ellos, cosa trivial aparentemente, nos marca nuestra incapacidad para ver a veces la realidad por falta de elementos. No es casual que la humanidad vaya derribando mitos con explicaciones científicas que requieren tiempo. Y si se contara con tiempo suficiente, probablemente será otro el elemento que nos falte.Ley universal aún no escrita pero inapelable.
Una metáfora de los tantos misterios que el hombre acarrea y que probablemente no le alcance la eternidad para dilucidar.
La protagonista en su tiempo que se hace infinito en ese universo de sonidos que más se parecen a ruidos por la distorsión de palabras no escuchadas con claridad detrás de las paredes, el eterno sonido del mar, imposible de asimilarlo a una nota musical, sí a un ruido y fundamentalmente, el seguimiento (casi detectivesco) de la protagonista a la pareja del hombre maduro con una de las jóvenes de un extraño trío, cuya vinculación obsesiona a la protagonista, a través de los médanos y la espesura, usando el desenfoque de la imagen como herramienta para situarnos en esa frontera de lo real y lo subjetivo, no es otra cosa que la preparación de otra historia en gestación en la imaginación de aquélla.
El final nos deja con el mismo sabor que adelanta el argumento que cuenta el mozo, que muy suelto nos dice: "hasta aquí llego, el resto aún no sé como será"
Por el contrario, el film presenta un final concreto y fuerte en las imágenes sobre todo en el plano final con sus largos 4 minutos con el mar como único testigo.
La protagonista, creadora por observación e intuición del drama en ciernes que se desataría en ese triángulo indescifrable, la convierte en una autora que también, como el mozo, desconocerá el final de su construcción.
En este caso se concreta dramáticamente el final, pero para ella siempre será una historia de su imaginación.
Y ese es el valor metafísico del film. Un teorema al que la protagonista no le encuentra la resolución.
¿Y porqué? Simple; el tiempo finito de ella y su novio (personaje que sólo distrae un poco burdamente con su indiferencia por el relato y por las presunciones de su novia) en Ostende se agota, y esa despedida entre el mozo y ellos, cosa trivial aparentemente, nos marca nuestra incapacidad para ver a veces la realidad por falta de elementos. No es casual que la humanidad vaya derribando mitos con explicaciones científicas que requieren tiempo. Y si se contara con tiempo suficiente, probablemente será otro el elemento que nos falte.Ley universal aún no escrita pero inapelable.
Una metáfora de los tantos misterios que el hombre acarrea y que probablemente no le alcance la eternidad para dilucidar.