Media votos
7,0
Votos
1.039
Críticas
57
Listas
18
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Máximo Pablo:
7
5,8
720
24 de enero de 2016
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El honor, entre traiciones y conspiraciones políticas, logra imponerse comandado por Michiel de Ruyter, personaje histórico que da nombre a una de las películas que más me ha conmovido en los últimos tiempos.
Michiel de Ruyter tiene unos principios y si no te gustan, me temo, que no tiene otros. Pero si ves este film, dirigido fielmente por Roel Reiné, te aseguro que no buscarás otros diferentes: otros que no sean respetar la palabra dada; ser fiel al bien común; ver más lo que nos une que lo que nos separa; y mantener hasta el último suspiro, hasta tu último aliento, aquello por lo que merece la pena vivir.
Vivir sin ser tu mismo, o sin aquello que realmente quieres ser, no merece la pena. Eduardo Galeano decía que “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. El almirante Michiel de Ruyter supo hacer historia, hacer de si mismo lo que quiso –lo que debía- y de paso cambiar un destino tenebroso planeado contra Holanda.
De Ruyter supo llevar acabo sus principios hasta tal punto que logró finalmente -ante el asedio de Inglaterra y Francia- unir a los irreconciliables Orangistas con los Republicanos por el bien común de Holanda.
El guión de Lars Boom y Alex van Galen logra sintetizar y adaptar un fragmento de la historia de Holanda sin peder tampoco la fidelidad. Tal es el punto que logra el conjunto de la película -respaldo por la banda sonora de Trevor Morris- que uno se quiere sentir holandés.
Sin revelar nada de la trama diré que Michiel de Ruyter -interpretado soberbiamente por Frank lammers- fue reconocido por sus rivales recibiendo honores por su valía, coraje y estratega naval. El conjunto de la cinta se rodea también de grandes actores, como Charles Dance en el papel de Rey de Inglaterra; el magistral Rutger Hauer, inolvidable replicante en Blade Runner, etc.; y de interpretes menos conocidos como Sanne Langelaar, quién interpreta de un modo inolvidable a la mujer de Michiel de Ruyter.
Holanda nos ha dado grandes pintores, como Rembrandt, el Bosco, Frans Hals, etc; pero la fotografía de El Almirante es digna del mejor cuadro de otro holandés: Johannes Vermeer. Un diez en la fotografía es indiscutible.
Esta película sabe meternos en las venas la historia de Holanda y de Europa. Pero muy lejos del aburrimiento, muy lejos de esas clases de historia soporíferas; más bien, muy cerca de la emoción, de la épica y del entretenimiento.
Te dejará huella.
Máximo Ribas
http://maximoribas.es/tecnicascreativas/
Michiel de Ruyter tiene unos principios y si no te gustan, me temo, que no tiene otros. Pero si ves este film, dirigido fielmente por Roel Reiné, te aseguro que no buscarás otros diferentes: otros que no sean respetar la palabra dada; ser fiel al bien común; ver más lo que nos une que lo que nos separa; y mantener hasta el último suspiro, hasta tu último aliento, aquello por lo que merece la pena vivir.
Vivir sin ser tu mismo, o sin aquello que realmente quieres ser, no merece la pena. Eduardo Galeano decía que “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. El almirante Michiel de Ruyter supo hacer historia, hacer de si mismo lo que quiso –lo que debía- y de paso cambiar un destino tenebroso planeado contra Holanda.
De Ruyter supo llevar acabo sus principios hasta tal punto que logró finalmente -ante el asedio de Inglaterra y Francia- unir a los irreconciliables Orangistas con los Republicanos por el bien común de Holanda.
El guión de Lars Boom y Alex van Galen logra sintetizar y adaptar un fragmento de la historia de Holanda sin peder tampoco la fidelidad. Tal es el punto que logra el conjunto de la película -respaldo por la banda sonora de Trevor Morris- que uno se quiere sentir holandés.
Sin revelar nada de la trama diré que Michiel de Ruyter -interpretado soberbiamente por Frank lammers- fue reconocido por sus rivales recibiendo honores por su valía, coraje y estratega naval. El conjunto de la cinta se rodea también de grandes actores, como Charles Dance en el papel de Rey de Inglaterra; el magistral Rutger Hauer, inolvidable replicante en Blade Runner, etc.; y de interpretes menos conocidos como Sanne Langelaar, quién interpreta de un modo inolvidable a la mujer de Michiel de Ruyter.
Holanda nos ha dado grandes pintores, como Rembrandt, el Bosco, Frans Hals, etc; pero la fotografía de El Almirante es digna del mejor cuadro de otro holandés: Johannes Vermeer. Un diez en la fotografía es indiscutible.
Esta película sabe meternos en las venas la historia de Holanda y de Europa. Pero muy lejos del aburrimiento, muy lejos de esas clases de historia soporíferas; más bien, muy cerca de la emoción, de la épica y del entretenimiento.
Te dejará huella.
Máximo Ribas
http://maximoribas.es/tecnicascreativas/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Quizá una de las cosas más difíciles en el arte en general es saber poner un buen final. El de The Admiral me parece de los mejores y de los más emocionantes que he visto: las salvas de los ingleses ante su rival caído y el funeral del almirante que conmociona a un pueblo, que une -como no logra el rey de Holanda- a los orangistas y a los republicanos.
El republicano y gobernador de Holanda, De Witt, fue el valedor de Michiel de Ruyter como almirante de la flota holandesa y en este sentido el artífice de la salvación del Holanda. Pero los conspiradores orangistas, defensores de Guillermo III, no soportaban una República exitosa. De modo que los intereses particulares se imponen a los generales, como consecuencia De Witt es asesinado en 1672 para favorecer a Guillermo III como gobernador de Holanda
En la película la popularidad de Michiel de Ruyter era incómoda para la recién llegada Corona Holandesa, de modo que el Rey Guillermo III lo envía a una misión imposible para librarse de él.
Durante el film Michiel de Ruyter muere alcanzado por una bala en la pierna. La cinta no refleja que murió posteriormente en Siracusa y no durante la batalla entre la flota hispano-holandesa y la francesa. Son licencias acertadas para adaptar la historia a un guión. La historia real es algo distinta, lo cierto es que Michiel de Ruyter, el 22 de abril de 1676, logra hacer una cuña en la vanguardia francesa, pero sin el apoyo suficiente de sus aliados españoles ( Francisco de la Cerda) se encuentra entre dos fuegos. Michiel no muere en la inconclusa batalla de Agosta, sino en Siracusa, victima de una gangrena en una pierna el 29 de abril de 1676.
La película refleja magistralmente las batallas navales, durante el rodaje se emplearon tres barcos reales, el resto de las naves fueron animadas por ordenador. Las localizaciones se realizaron en 50 lugares de los Países bajos, con más de 5.000 extras. Se utilizó un helicóptero para rodar algunas escenas aéreas y posteriormente se añadió por ordenador los buques, el humo y las explosiones.
También se reflejan las tácticas navales esbozadas por Piet Heyn y Maarten Tromp, pero que desarrollo plenamente Michiel de Ruyter, como las maniobras en paralelo, en línea y las ideas para romper la línea enemiga.
Realmente lo destacable de esta cinta es la capacidad de adaptar la historia de Holanda, y de sus personajes históricos, a un guión cinematográfico sin perder la esencia de la historia y la esencia del cine de entretenimiento y de aventuras.
Una unión magistral.
El republicano y gobernador de Holanda, De Witt, fue el valedor de Michiel de Ruyter como almirante de la flota holandesa y en este sentido el artífice de la salvación del Holanda. Pero los conspiradores orangistas, defensores de Guillermo III, no soportaban una República exitosa. De modo que los intereses particulares se imponen a los generales, como consecuencia De Witt es asesinado en 1672 para favorecer a Guillermo III como gobernador de Holanda
En la película la popularidad de Michiel de Ruyter era incómoda para la recién llegada Corona Holandesa, de modo que el Rey Guillermo III lo envía a una misión imposible para librarse de él.
Durante el film Michiel de Ruyter muere alcanzado por una bala en la pierna. La cinta no refleja que murió posteriormente en Siracusa y no durante la batalla entre la flota hispano-holandesa y la francesa. Son licencias acertadas para adaptar la historia a un guión. La historia real es algo distinta, lo cierto es que Michiel de Ruyter, el 22 de abril de 1676, logra hacer una cuña en la vanguardia francesa, pero sin el apoyo suficiente de sus aliados españoles ( Francisco de la Cerda) se encuentra entre dos fuegos. Michiel no muere en la inconclusa batalla de Agosta, sino en Siracusa, victima de una gangrena en una pierna el 29 de abril de 1676.
La película refleja magistralmente las batallas navales, durante el rodaje se emplearon tres barcos reales, el resto de las naves fueron animadas por ordenador. Las localizaciones se realizaron en 50 lugares de los Países bajos, con más de 5.000 extras. Se utilizó un helicóptero para rodar algunas escenas aéreas y posteriormente se añadió por ordenador los buques, el humo y las explosiones.
También se reflejan las tácticas navales esbozadas por Piet Heyn y Maarten Tromp, pero que desarrollo plenamente Michiel de Ruyter, como las maniobras en paralelo, en línea y las ideas para romper la línea enemiga.
Realmente lo destacable de esta cinta es la capacidad de adaptar la historia de Holanda, y de sus personajes históricos, a un guión cinematográfico sin perder la esencia de la historia y la esencia del cine de entretenimiento y de aventuras.
Una unión magistral.