Película sobre la Guerra Civil española peculiar por varios motivos: por estar dirigida por un británico (Michael Radford) y por la espantada de éste antes de terminar el rodaje a causa de graves desavenencias financieras con la productora española, finalizándose la película con un sustituto de identidad desconocida.

Esos problemas en su realización pueden explicar que la imagen se resienta por una resolución digital a veces al límite. Asimismo, acusa un ritmo algo extraño, con algunos saltos en la narración que no se sabe si son elipsis que estaban así en el guión o si han venido forzadas por una filmación incompleta.

La película incide en la idea de que la mayoría de los combatientes de la Guerra Civil lucharon en el bando que les tocó por el lugar en que vivían, no por su afinidad ideológica con republicanos o franquistas. Demasiado cazurros eran la mayor parte para tener ideas políticas formadas (o así los muestra el film).

Suele decirse que Mario Casas es un actor terrible; pero yo creo que se ceban con él por ser carne de carpeteras… aquí hace un buen trabajo, con la dificultad añadida de tener que interpretar con acento jienense.