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Voto de jrcheca:
8
6,8
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Drama
Puhdistus nos introduce en la historia de dos mujeres en dos épocas diferentes, unidas por situaciones de engaño, desesperación y miedo. Aliide ha experimentado los horrores de la era de Stalin y la deportación de los estonios a Siberia, pero tiene que hacer frente a su culpa de oportunismo e incluso homicidio. Una noche de 1992 se encuentra con una joven en el patio de su casa. Zara acaba de escapar de las garras de la mafia rusa que ... [+]
6 de noviembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra Puhdistus (purga o limpieza, en finlandés) nace de mano de la escritora Sofi Oksanen (de padre finés y madre estonia) para representarse en el Teatro Nacional de Finlandia en 2007, al año siguiente se publica como novela y pronto se convierte en un best-seller no sin levantar controversia en Estonia al despertar viejos fantasmas, y en 2012 se lleva a la gran pantalla, rodada de tal manera que su origen teatral prácticamente pasa inadvertido.
Con realismo desnudo, la película expone el drama basado en hechos reales sufrido por dos generaciones de mujeres estonias. Arranca la trama en 1992 con una joven, quien siguiendo el señuelo de una promesa de empleo cae prisionera de una mafia rusa de trata de blancas y es encontrada desfallecida en medio de ninguna parte por una anciana ermitaña y con malas pulgas que no vacila en proclamarse 'una buena comunista'. A través de los ojos de ambas protagonistas y mediante un inteligente uso del flashback, el espectador asiste en paralelo a la terrible brutalidad contra las mujeres ejercida por el ejército estalinista antaño y por los mafiosos del human trafficking en tiempos contemporáneos. Sin llegar a recrearse en la violencia de las escenas más duras, sí la muestra escuetamente y sin edulcorar lo que hace a la cinta poco aconsejable para los espectadores más delicados.
Ocupa la parte mollar del filme la historia de la anciana, que reproduce con precisión y buena ambientación histórica los abusos de la URSS en los países ocupados, desde los interrogatorios del comisariado hasta las matanzas y deportaciones masivas a Siberia, pasando por el adoctrinamiento en la fe comunista con Lenin y Stalin convertidos en deidades y la sumisión al Partido como requisito para la supervivencia. Por situar en contexto, en la Segunda Guerra Mundial Estonia había sido primero invadida por los alemanes, hasta que en 1944 la ofensiva del ejército soviético recapturó el territorio, situación que se prolongaría hasta la independencia de los países bálticos en 1991. El relato de Puhdistus corresponde a los primeros años de ocupación rusa, cuando se produce la sovietización del país, la colectivización forzosa del campo iniciada en 1947 y las deportaciones en masa de 1949, momento en que la resistencia llamada 'los amigos del bosque' fue más beligerante, y no faltan guiños a la creencia de que Occidente les liberaría.
Víctimas ambas mujeres del salvajismo y la crueldad a manos de los hombres con medio siglo de distancia, la anciana y la muchacha descubrirán que su relación va más allá de lo que en un principio podían sospechar. En conjunto queda un drama muy sólido y sin adornos, que engancha al espectador y lo sobrecoge sin caer en la sensiblería, con momentos de gran crudeza sin caer en el sadismo y que acierta al combinar Historia con mayúscula y temática de actualidad con la mujer como gran protagonista. A subrayar el elenco de actrices, desde la belleza desvalida de la joven Amanda Pilke (Zara) y la más nórdica de Laura Birn (Liide de joven), que hacen un gran trabajo de interpretación al lado de Krista Kosonen (Ingel) y Liisi Tandefelt (Liide de mayor).
Con realismo desnudo, la película expone el drama basado en hechos reales sufrido por dos generaciones de mujeres estonias. Arranca la trama en 1992 con una joven, quien siguiendo el señuelo de una promesa de empleo cae prisionera de una mafia rusa de trata de blancas y es encontrada desfallecida en medio de ninguna parte por una anciana ermitaña y con malas pulgas que no vacila en proclamarse 'una buena comunista'. A través de los ojos de ambas protagonistas y mediante un inteligente uso del flashback, el espectador asiste en paralelo a la terrible brutalidad contra las mujeres ejercida por el ejército estalinista antaño y por los mafiosos del human trafficking en tiempos contemporáneos. Sin llegar a recrearse en la violencia de las escenas más duras, sí la muestra escuetamente y sin edulcorar lo que hace a la cinta poco aconsejable para los espectadores más delicados.
Ocupa la parte mollar del filme la historia de la anciana, que reproduce con precisión y buena ambientación histórica los abusos de la URSS en los países ocupados, desde los interrogatorios del comisariado hasta las matanzas y deportaciones masivas a Siberia, pasando por el adoctrinamiento en la fe comunista con Lenin y Stalin convertidos en deidades y la sumisión al Partido como requisito para la supervivencia. Por situar en contexto, en la Segunda Guerra Mundial Estonia había sido primero invadida por los alemanes, hasta que en 1944 la ofensiva del ejército soviético recapturó el territorio, situación que se prolongaría hasta la independencia de los países bálticos en 1991. El relato de Puhdistus corresponde a los primeros años de ocupación rusa, cuando se produce la sovietización del país, la colectivización forzosa del campo iniciada en 1947 y las deportaciones en masa de 1949, momento en que la resistencia llamada 'los amigos del bosque' fue más beligerante, y no faltan guiños a la creencia de que Occidente les liberaría.
Víctimas ambas mujeres del salvajismo y la crueldad a manos de los hombres con medio siglo de distancia, la anciana y la muchacha descubrirán que su relación va más allá de lo que en un principio podían sospechar. En conjunto queda un drama muy sólido y sin adornos, que engancha al espectador y lo sobrecoge sin caer en la sensiblería, con momentos de gran crudeza sin caer en el sadismo y que acierta al combinar Historia con mayúscula y temática de actualidad con la mujer como gran protagonista. A subrayar el elenco de actrices, desde la belleza desvalida de la joven Amanda Pilke (Zara) y la más nórdica de Laura Birn (Liide de joven), que hacen un gran trabajo de interpretación al lado de Krista Kosonen (Ingel) y Liisi Tandefelt (Liide de mayor).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La anciana es Liide, en su juventud una campesina muy unida a su hermana Ingel y enamorada desde el principio de su cuñado Hans, miembro de la resistencia contra la ocupación de las tropas soviéticas, responsables de hacer desaparecer a los padres de ambas acusados de ser 'enemigos del pueblo'. Es por ello que toda la familia restante, incluida la hija de Ingel, Linda, se encuentra estrechamente vigilada por las autoridades rusas.
El grupo de guerrilleros del que forma parte Hans es capturado y ejecutado y él pasa a esconderse en la casa de las mujeres. Tras ser interrogada sobre su paradero, Liide es violada por un grupo de soldados y abandonada en el río al borde de la muerte. Esta experiencia la lleva a unirse al Partido Comunista y tratar de ganarse la confianza rusa, para conseguirlo se casa con uno de ellos, reniega de su hermana e incluso participa en la tortura de su sobrina, la pequeña Linda. Este cambio que puede parecer sorprendente resulta creíble ante la inhumanidad de la alternativa.
También con su colaboración, Ingel y Linda son deportadas a Siberia y Liide pasa a compaginar su vida prorrusa con las atenciones al amor de su vida el fugitivo Hans, quien se consume separado de su familia y malviviendo en las sombras. Para salir de esta situación, la protagonista le consigue documentación y un empleo en Tallin, pero antes el guerrillero es alcanzado por las balas rusas. Malherido logra volver a la cabaña donde Liide decide acabar con su sufrimiento con veneno. Posiblemente en esta parte la película es cuando más deja notar su origen teatral.
Por su parte, la historia de Zara (se descubrirá hija de Linda, ergo nieta de Ingel y Hans) expone la realidad vergonzosa de la trata de blancas en Europa del Este, chicas que persiguiendo la promesa de un empleo se convierten en propiedad de mafiosos. En el caso de Zara es el cruel Pasha quien la explota como prostituta bajo toda clase de coacciones, en un retrato demoledor que Puhdistus expone sin ambajes, y finalmente trata de venderla. En ese momento la chica se rebela y asesina al comprador, se da a la fuga y es cuando encuentra a Liide sin saber de su parentesco.
Pasha consigue dar con la granja pero Liide le da esquinazo en un primer momento. Zara mientras encuentra algo de paz, aún traumatizada y hecha polvo por todo lo ocurrido. En el desenlace de la cinta, el proxeneta regresa dispuesto a arrancar una confesión a la anciana sobre dónde se encuentra la muchacha, pero Liide empuña la vieja pistola de Hans y acaba con él y su cómplice. Confiesa a Zara el parentesco que las une y le encomienda un mensaje para Ingel y Linda antes de dar fin a sus días con un incendio que la consuma a ella, los cuerpos de los mafiosos y la granja donde pasó toda su desdichada vida mientras la joven regresa a su hogar, en un final quizá un tanto forzado que sin embargo consigue poner un buen broche a un paquete cinematográfico muy bien elaborado.
El grupo de guerrilleros del que forma parte Hans es capturado y ejecutado y él pasa a esconderse en la casa de las mujeres. Tras ser interrogada sobre su paradero, Liide es violada por un grupo de soldados y abandonada en el río al borde de la muerte. Esta experiencia la lleva a unirse al Partido Comunista y tratar de ganarse la confianza rusa, para conseguirlo se casa con uno de ellos, reniega de su hermana e incluso participa en la tortura de su sobrina, la pequeña Linda. Este cambio que puede parecer sorprendente resulta creíble ante la inhumanidad de la alternativa.
También con su colaboración, Ingel y Linda son deportadas a Siberia y Liide pasa a compaginar su vida prorrusa con las atenciones al amor de su vida el fugitivo Hans, quien se consume separado de su familia y malviviendo en las sombras. Para salir de esta situación, la protagonista le consigue documentación y un empleo en Tallin, pero antes el guerrillero es alcanzado por las balas rusas. Malherido logra volver a la cabaña donde Liide decide acabar con su sufrimiento con veneno. Posiblemente en esta parte la película es cuando más deja notar su origen teatral.
Por su parte, la historia de Zara (se descubrirá hija de Linda, ergo nieta de Ingel y Hans) expone la realidad vergonzosa de la trata de blancas en Europa del Este, chicas que persiguiendo la promesa de un empleo se convierten en propiedad de mafiosos. En el caso de Zara es el cruel Pasha quien la explota como prostituta bajo toda clase de coacciones, en un retrato demoledor que Puhdistus expone sin ambajes, y finalmente trata de venderla. En ese momento la chica se rebela y asesina al comprador, se da a la fuga y es cuando encuentra a Liide sin saber de su parentesco.
Pasha consigue dar con la granja pero Liide le da esquinazo en un primer momento. Zara mientras encuentra algo de paz, aún traumatizada y hecha polvo por todo lo ocurrido. En el desenlace de la cinta, el proxeneta regresa dispuesto a arrancar una confesión a la anciana sobre dónde se encuentra la muchacha, pero Liide empuña la vieja pistola de Hans y acaba con él y su cómplice. Confiesa a Zara el parentesco que las une y le encomienda un mensaje para Ingel y Linda antes de dar fin a sus días con un incendio que la consuma a ella, los cuerpos de los mafiosos y la granja donde pasó toda su desdichada vida mientras la joven regresa a su hogar, en un final quizá un tanto forzado que sin embargo consigue poner un buen broche a un paquete cinematográfico muy bien elaborado.