Hubo en los años cincuenta varias entregas de películas con la mula Francis como personaje principal. Era yo muy pequeño y nos llevaban a los pequeños a mirar (no a ver, pues entonces no creo que entendiéramos mucho), a mirar digo a aquella mula coñazo que hablaba y tanto hacía a la intriga del ejército USA como a la risa (maldita risa) del respetable.

Con el tiempo volví a visionar, pero sin entusiasmo y no entera, esta cinta que ahora comento, en la cual un soldado de nombre Stirling cuenta a sus mandos, para pasmo de estos, que quien la trae información fresca es nada menos que la mula Francis. Sí, una mula que habla, lo cual que Sterling será considerado un demente y dará lugar a situaciones supuestamente jocosas.

Arthur Lubin dirigíó esta peli yanqui con guión de David Stern, para mi desconsuelo infantil. Estas películas, junto con las de Marisol –posteriores-, eran para mí y mis hermanos, horribles torturas. Pero era lo que había. Las otras eran para los mayores.

En fin que con Franco y en aquella época de aislacionismo, había poco material y mucha idiotez en el cine. Bueno, siempre quedaba Walt Disney o algún western, de romanos o ¡vikingos! Pero nada de esto evitó la martirizante mula Francis y el pobre soldado interpretado por el bailarían comparsa de “Cantando bajo la lluvia”, que por cierto tuvo mucho éxito.

Aquellos tiempos del cuplé en que las mulas hablaban. Hoy algunas llegan a ministras o a catedráticas. Hemos progresado.