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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Comedia. Drama Patience Portefeux es una traductora especializada en escuchas telefónicas para la brigada de estupefacientes de París. Es un trabajo precario y mal pagado. Un día, Patience se dispone a hacer un favor al problemático hijo de una mujer y acaba involucrada en un trapicheo de drogas fallido, lo que le deja con una pila de cannabis en su posesión. Mientras mantiene su trabajo en la brigada anti-droga, Patience cruza al otro lado y se ... [+]
25 de abril de 2021
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película con un excelente ritmo de Jean-Paul Salomé, director de cine y guionista francés reconocido principalmente por su película Espías en la sombra (2008). Salomé se sirve de un guion propio junto a Hannelore Cayre, adaptación de la novela de la misma Cayre, La Madrina. La dirección es más que aceptable y la trama envolvente.

Isabelle Huppert se mete en la piel de Patience Portefeux, una traductora del árabe al francés que trabaja para la policía y que a sus cincuenta y tantos años, empieza a inquietarse por su inmediato futuro. Ella es una mujer viuda con dos hijas, asuntos económicos por resolver y obligaciones, sobre todo para con su madre «La Princesa», una mujer mayor de frágil salud.

Patience está destinada en la brigada antinarcóticos, trabajo sumamente desagradable, en el cual sortea como puede y con dignidad, las explosiones a veces violentas tanto de los detenidos como de los propios miembros de la policía.

La Huppert es desde el principio hasta el final La Daronne o en la versión española, Mamá María (incluso María Hachís habría sido más apropiado). El director Salomé lo sabe y por ello deja toda la carga de la película en manos de la actriz. Y a fe que Huppert aprovecha la oportunidad para interpretar un rol que va del lado de la Ley a la otra orilla del delito y la delincuencia, un personaje cargado de bribonada y bandazos que es interpretado con brillantez y lucimiento por la artista. Toda la película es Isabelle Huppert, una actriz que en este trabajo vuelve a demostrar que es capaz de todo, lo cual ya ha confirmado con directores como Michael Cimino, Michael Haneke, Chabrol, Verhoeven, Godard o Hong Sang-soo.

La película tiene un ritmo ágil que hace mantener la atención constantemente sin perder ripio. Toques de humor negro por demás de gran incorrección política donde la protagonista, con los gestos, miradas ladinas y la sonrisa cínica y definitiva de Isabelle Huppert, hace de especie de mujer “todo terreno” que ha de girar en torno a varios ejes.

Es una historia original, caprichosa incluso un poco loca, interesante y que está presidida por cierta carga antisocial, o sea, que Patiente se salta la ley y el código deontológico de la profesión que ejerce. Todo lo cual precipita una narración que en sus inicios resultaba lacia, hacia el territorio más movido de la truhanería, cuando ella decide quedarse con parte del alijo que se investiga y persigue, para gestionar por su cuenta la venta de la droga a pequeños narcos de barrio.

Mamá María acomete con fuerza, inteligencia y riesgo de su parte el negocio, lo cual que la cinta se pone interesante e incluso emocionante y tensa por momentos.

Patience se crea un personaje expresamente para introducirse en el mundo del tráfico y de los camellos. Se viste como una gran dama con chilaba de lujo, pañuelo de Hermès cubriéndole la cabeza y una estilosas gafas de sol. Lo cual hace que transmita una imagen imponente y misteriosa.

Mamá María tiene que vérselas con dos traficantes de poca monta que ejercen el rol cómico de ingenuos fascinados por la misteriosa mujer; pero también con otros capos más peligrosos y con la policía que le sigue los pasos.

Vemos, pues, a la Huppert de gran señora árabe negociando con los camellos, lo cual tiene su gracia. De igual modo resulta interesante la relación de Mamá María con su vecina de origen chino, con la que acaba estableciendo una inesperada complicidad.

Este es un trabajo más cómico de lo común en la Huppert, con un registro grácil, hasta parece que está en la pantalla para divertirse o jugar. La actriz ofrece una cara diferente a la de tantos personajes graves, trágicos o duros a los que ha dado vida.

Y recordaremos por largo tiempo que Isabelle tiraba las cenizas de su madre muerta en los pasillos de Las Galerías Lafayette, con esa sonrisa de satisfacción, como de haber de haber transformado en nuevo algo conocido.

Entre la fuerza de la Huppert y una temática variada y azarosa, y trenzando varios géneros a la vez, el film avanza con agilidad por paisajes urbanos parisinos, escenas callejeras y algunos toques de humor. Todo ello eleva la calidad fílmica de un guion irregular y un tanto desnortado, para convertir esta obra en una pieza recomendable.
Kikivall
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