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Voto de Nick:
8
29 de julio de 2008
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como hablar de un film en donde intervienen tantos sentimientos sin caer en la clásica critica en donde el vacío es protagonista. El presente film sufrió duros golpes tanto de la crítica como del público en el momento de su estreno (en los 80) ahora con su edición en DVD podemos disfrutarlo con una calidad que nos hace visible las verdaderas intenciones de su realizador. Una fotografía oscura, con un fuerte contraluz con unos tonos tirados al azul nos construye un ambiente pesadillesco donde se interna el policía interpretado por Al Pacino (nunca tan contenido) para atrapar a un ser (o un asesino) que no es más que un reflejo de su posible futuro o su más triste presente. Una serie de asesinatos transcurren en el mundo sadomasoquista gay Steve Burns (Al Pacino) es enviado como carnada para atrapar a este psicópata, a partir de aquí empieza un descenso a los infiernos, muy explícito cada vez que el protagonista desciende por las escaleras para adentrarse a un mundo que desconoce. Este es la original premisa de Friedkin donde nos muestra a sus ya clásicos personajes que están en la delgada línea del bien y el mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Edelson, el capitán interpretado por Paul Sorvino cumple la función de ocupar el lugar del padre adoptivo que necesita Burns a lo largo de su travesía al igual como ocurre en “The hunted” con los personajes de Jones y Del toro irónicamente esto coincide con Stuart Richards (el asesino) que la ausencia en un padre lo convierte en un monstruo que no puede contener. El director de “Sorcerer” (una obra maestra) juega constantemente con las identidades como cuando se encuentran por primera vez Edelson y Burns en donde el primero se confunde el apellido con el segundo y sobre los últimos tramos de la película, cuando se ven por última vez en un juego donde los dos colegas utilizan la confusión del principio para intercambiar ciertas simpatías. Al final del film se enfrentan Burns y el supuesto asesino lo más interesante es que los dos están vestidos de la misma forma, son sólo dos espejos donde se refleja la más cruda maldad. Ante de los títulos el maestro nos muestra a un Steve Burns reflejándose en el espejo (muchos en Cruising) la pregunta que se hace el espectador es ¿se convirtió en homo sexual? ¿fue el asesino desde el principio? ¿se volvió loco? Luego mira a cámara con una fría mirada y al igual que al principio nos muestra un plano general de la ciudad por donde pasa otra vez un barco, es como que la pesadilla casi surrealista que hemos vivido con el protagonista vuelve a comenzar.