Esta película demuestra, como otras muchas veces, que el buen cine no es cuestión de dinero sino de talento. Con escasos medios se cuenta una historia casi minimalista sobre la crisis de un matrimonio, acechado por el paro y el empleo precario. Emocionante y lúcida como pocas, la cámara retrata sin aspavientos el drama de la vida cotidiana, tan díficil y dura aquí como allí para quienes apenas tienen nada más que su fuerza de trabajo.
spoiler:
El improbable final feliz no sirve para endulzar el gusto amargo de una obra tan desoladora: un fiel retrato de una sociedad tan triste e insolidaria, a semejanza de su desfavorable clima, como la finlandesa, por el más significativo de sus cineastas, realizador de una obra importante y al que conviene seguir descubriendo.