Increíblemente, esta historieta nace en la cabeza de un adulto. No, peor, de dos. Porque es la adaptación de una novela, que por libre que haya sido, el librito también debe de tener lo suyo. El resultado es un derroche de estupideces sin límite, contadas con la más burda e indecorosa de las cursilerías. Una cosa muy ridícula.

Bueno, lo voy a intentar. A ver cómo cuento esto sin pasar vergüenza ni desvelar demasiado… Pues resulta que hay una chica enferma de fiebre que tiene que dormir en bolas al raso e ir por ahí descalza pisando la nieve para que le baje la temperatura corporal y evitar así que le pegue un jari. Pero entonces conoce a un muchacho con un torrado indescriptible que entra en su casa a robar (instado por un caballito jerezano, ojo al dato), y del calentón que le pega, pobrecica… no puedo seguir. El caso es que da igual, porque la peli resulta que al final va de otra cosa. No da tregua al espectador.

Pido un aplauso para los actores, que no sólo son muchos y buenos (Russell Crowe, William Hurt, Will Smith y Jennifer Connelly, entre otros) sino que todos y cada uno de ellos fueron capaces de soltar cada línea de su texto sin partirse el culo de la risa. Algo muy meritorio y, en verdad, muy triste, porque este bodrio inmundo no se merece un reparto así.

También pido una ovación para Akiva Goldsman, que consiguió reunir a semejante elenco y tirar para adelante con su peli sin pararse a pensar que la iban a ver sus parientes, amigos y conocidos en general, con el respectivo cachondeo que, supongo, habrá tenido que soportar desde entonces. Así se le caiga la cara de vergüenza. Anormal.