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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
9
Romance. Drama Ana y Otto cuentan su apasionada y secreta historia de amor que se extiende desde los ocho años hasta los veinticinco. Todo empieza en 1980, cuando dos niños, a la salida de un colegio, echan a correr por distintos motivos. Desde ese día, las vidas de Ana y Otto formarán un círculo que se cerrará en Finlandia, al borde del Círculo Polar. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2009
46 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me lo creo ni yo, que llevo toda mi vida diciendo que no aguanto a Medem, que su cine me parece incomprensible y pedante. Y ahora estoy aquí, escribiendo esto y sin poder concentrarme en nada más porque no consigo sacarme la película de la cabeza.

Lo cierto es que ya la había visto, en el cine, cuando se estrenó, y lo único que me quedó claro fue prácticamente nada. Pero eso fue hace más de diez años, en los que la peli no ha cambiado pero yo sí, yo he debido de mutar. Todavía no me creo que le esté plantando un 9 a Medem.

De aquel primer visionado me quedó en el recuerdo la secuencia de la Plaza Mayor, no sé por qué, pero la recordaba más o menos intacta. Desde luego, es una buena secuencia, pero no tan aislada como para ser la única recordable. Prácticamente todas son buenas, preciosistas, exquisitas secuencias. Pero esta es mi favorita, claro que sí.

También me quedaba el recuerdo de Nancho Novo en la etapa en que su personaje es ya mayor. Parece mentira verle así, cansado y acabado delante de su hijo adulto. Con la osamenta que tiene este hombre y aparece encogido, consumido, viejo. Gran actor Nancho, claro que sí.

Y teniendo en cuenta lo complejo de los personajes protagonistas, también me parecen bien interpretados, aunque tal vez les falte algo de intensidad.
A Ana no la comprendo bien. Toda la historia es rara de cojones, ya, pero tía ¿Finlandia? ¿Por qué? A favor de la Nimri diré que aunque sigue susurrando en demasía, al menos en esta ocasión se la entiende cuando habla. Y cuando no habla, también se la entiende –dentro de que al personaje, ya digo, no lo comprendo yo bien-
A Otto sí que le entiendo. Es un neurótico muy inmaduro y tremendamente egoísta. Hay momentos en los que apetece pegarle un guantazo, y esto ha de ser mérito de la interpretación, porque a mí, de natural, nunca jamás me apetecería pegarle al Fele.

Me gusta mucho el casting, los parecidos entre los actores de distinta edad (menos el Otto niño, que no se parece a nadie). Y sobre todo me gusta que los actores adultos doblen a los adolescentes. Ya que no pueden tener la misma cara, al menos que tengan la misma voz. Muy bien traído esto. Claro que sí.

Ahora ya no sé si definir a Medem como un pedante pretencioso o como un talentoso director cuya concepción de la plástica y el arte están por encima de lo corriente y que hace exactamente el cine que le sale de los pelés, y que le quiten lo bailao. Hasta me he propuesto volver a ver sus otras pelis, que encontraba francamente inaguantables y lo mismo me gustan ahora también. Vete tú a saber.

Es más sencillo rodar las historias de un modo lineal, normal, que rodarlas así. Así queda un poco petulante. Ya lo sé. Pero cambiar el lenguaje habitual y que encima te salga bien... no veo yo por qué habría de criticarse eso.
Una extraña y fría historia de amor y casualidades con un interesante fondo y una preciosa forma. Claro que sí.
VALDEMAR
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