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Voto de VALDEMAR:
4
5,8
2.545
Drama. Romance
Mientras regresa a casa, después de despedirse de su novia, Andrés es atracado por dos mujeres. Cuando, algún tiempo después, se encuentra con una de ellas, una joven desequilibrada de familia acomodada, surge en Andrés una obsesión incontrolable, que imprime a su vida un giro inesperado que le conducirá a abandonar todo cuanto posee. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2009
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siento la inmensa pena de tu extravío.
Siento el dolor profundo de tu partida.
Y yo lloro sin que sepas que el llanto mío
tiene lágrimas negras
como mi alma.
A Ricardo Franco le pasó lo peor que le puede pasar a alguien, morírse. Y le ocurrió en medio del rodaje, lo que debió de suponer un mazazo para el resto del equipo, porque toda la película destila cierta melancolía siniestra. Tal vez si la hubiese terminado él, otro gallo nos cantara. O tal vez no, porque el problema aquí son ciertas incongruencias en el guión, que paso a spoiler, menos una, que me trae de cabeza. Paso a analizarla:
¿De verdad una mujer puede violar a un hombre? ¿Ésto se puede?
Tal cuál se plantea la secuencia... yo creo que no se puede. Mis conocimientos superficiales de psicología me llevan a pensar que si una persona (hombre o mujer) se siente atacada, asustada, acosada, agredida sexual o físicamente, se encuentra en una situación incómoda en la cual ninguna persona normal se excitaría -insisto, normal-. Y mis conocimientos superficiales del apéndice masculino me llevan a pensar que con aquello mohíno no se puede jugar... o sea, que si esta mujer consigue cepillarse al muchacho, es porque el muchacho está palote.. o sea, contento y encantado, y eso no sé si se puede considerar violación. Aunque me extraña muy mucho que el muchacho esté en tal estado, porque se le ve pasándolo fatal... que hasta suelta lagrimitas la criatura y todo, que da una penilla...!Guarra!, deja al chico en paz.
Si estuviese mejor rodada, encontraría esta secuencia asquerosa...pero ni eso. La encuentro, sencillamente, torpe.
Lo único que salva de la quema a esta película son sus dos protagonistas (por los que siento debilidad, no lo voy negar) y la secuencia en que están los dos conversando en la playa. Intensísima. Intensísimo todo.
Siento el dolor profundo de tu partida.
Y yo lloro sin que sepas que el llanto mío
tiene lágrimas negras
como mi alma.
A Ricardo Franco le pasó lo peor que le puede pasar a alguien, morírse. Y le ocurrió en medio del rodaje, lo que debió de suponer un mazazo para el resto del equipo, porque toda la película destila cierta melancolía siniestra. Tal vez si la hubiese terminado él, otro gallo nos cantara. O tal vez no, porque el problema aquí son ciertas incongruencias en el guión, que paso a spoiler, menos una, que me trae de cabeza. Paso a analizarla:
¿De verdad una mujer puede violar a un hombre? ¿Ésto se puede?
Tal cuál se plantea la secuencia... yo creo que no se puede. Mis conocimientos superficiales de psicología me llevan a pensar que si una persona (hombre o mujer) se siente atacada, asustada, acosada, agredida sexual o físicamente, se encuentra en una situación incómoda en la cual ninguna persona normal se excitaría -insisto, normal-. Y mis conocimientos superficiales del apéndice masculino me llevan a pensar que con aquello mohíno no se puede jugar... o sea, que si esta mujer consigue cepillarse al muchacho, es porque el muchacho está palote.. o sea, contento y encantado, y eso no sé si se puede considerar violación. Aunque me extraña muy mucho que el muchacho esté en tal estado, porque se le ve pasándolo fatal... que hasta suelta lagrimitas la criatura y todo, que da una penilla...!Guarra!, deja al chico en paz.
Si estuviese mejor rodada, encontraría esta secuencia asquerosa...pero ni eso. La encuentro, sencillamente, torpe.
Lo único que salva de la quema a esta película son sus dos protagonistas (por los que siento debilidad, no lo voy negar) y la secuencia en que están los dos conversando en la playa. Intensísima. Intensísimo todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Me cuesta creer que este chico deje a su novia, que le quiere mucho y es monísima, por una loca, ladrona y parricida, que anda siempre por ahí con una yonki armada, y que, pese a estar forrada prefiere dormir en un poblado chabolista.
Me cuesta creer todo el rollo ese del pendiente. Parece que fuese determinante en la trama, pero no, más bien es un relleno intranscendente.
Me cuesta creer, mogollón, que alguien que jamás ha utilizado un arma sea capaz de acertar a una persona que está dentro de un coche, disparando con los ojos cerrados y sin romper la luna del parabrisas. Algún listillo estará pensando que la luna no se rompe porque la puerta del copiloto queda abierta y por ahí entra la bala. Ya, pero eso es imposible, porque por ese hueco la bala no tiene ángulo para acertarle a ella, y menos en el corazón, donde se supone que la acierta, ya que cae fulminada. Por tanto, me cuesta pensar también que ella muera así, sin más, de sopetón, sin un mal !ay! y sin hemorrágea, ni nada. Y sobre todo, me cuesta creer que la dispare... y lo bien que se lo toma la amiga cuando descubre el cadáver, como si fuese lo más normal del mundo.
Me cuesta creer todo el rollo ese del pendiente. Parece que fuese determinante en la trama, pero no, más bien es un relleno intranscendente.
Me cuesta creer, mogollón, que alguien que jamás ha utilizado un arma sea capaz de acertar a una persona que está dentro de un coche, disparando con los ojos cerrados y sin romper la luna del parabrisas. Algún listillo estará pensando que la luna no se rompe porque la puerta del copiloto queda abierta y por ahí entra la bala. Ya, pero eso es imposible, porque por ese hueco la bala no tiene ángulo para acertarle a ella, y menos en el corazón, donde se supone que la acierta, ya que cae fulminada. Por tanto, me cuesta pensar también que ella muera así, sin más, de sopetón, sin un mal !ay! y sin hemorrágea, ni nada. Y sobre todo, me cuesta creer que la dispare... y lo bien que se lo toma la amiga cuando descubre el cadáver, como si fuese lo más normal del mundo.