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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
2
Terror. Thriller Desde hace cuatro años, Nacho se encuentra en paradero desconocido. pero todo hace pensar que está muerto. Nacho era un pintor de gran talento que frecuentaba los círculos del arte de vanguardia. Su obra, en la que era evidente la influencia de El Bosco, se centraba en un solo tema: la muerte. Sus amigos mintieron a la policía, pues de una forma u otra, todos ellos intervinieron en la muerte de Nacho, ocurrida en una terrible noche de ... [+]
3 de noviembre de 2009
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los 80 se desarrolló ese género de pelís de terror en las que un grupo mixto de jovenzuelos, que eran amiguetes, empezaban a palmar, uno tras otro, por motivos bastante extraños y confusos… La policía solía andar por ahí investigando, incluso incordiando, sin poder llegar a ninguna conclusión satisfactoria, dado lo raruno del asunto. Y siempre había uno del grupo, el prota, del que teníamos claro que, no sólo no iba a cascar, como sus amigos, si no que, además, iba a solucionar él solito lo que a la pasma se le resistía.

El maestro del terror choni es Wes Craven, que no sólo lo diseñó y lo alimentó durante décadas, también fue copiado (o homenajeado, o referenciado…) hasta la saciedad, y no sólo en su tierra. Aquí, Fernández Armero también se animó, y el resultado, contra todo pronóstico (ji, ji, ji), fue lamentable.

Las pelis de Craven tenían unas premisas que Fernández se pasa por el forro, como la necesidad de incluir humor, momentos gore y algún magreo (esto es cine destinado a adolescentes, y estas cosas, como es natural, pues les gustan). El Arte de Morir es una peli casta, aséptica en lo que a sangre y vísceras de refiere, y seria (ji, ji, ji). Muy mal, Fernández. Lo que sí borda el muchacho es lo de incluir en el reparto a un grupo de actores terroríficos que ejecutan (nunca mejor dicho) unas interpretaciones absolutamente infames –excluyo de ésto a Fele Martínez, que, gracias a Dios, es el prota, y a Lucía Jiménez, que es mejor actriz que sus amigos de cuando salían de clase- Lo de Gustavo Salmerón ya es que no tiene ni nombre, aunque su look mola un güevo.

LO MEJOR: sin duda, Emilio Gutiérrez Caba haciendo de cabroncete.
LO MÁS TERRORÍFICO: ese momento en que la Esteve está de rodillas, haciendo como que llora y gritándole a un colega: “¡Azezino!”

El final se reserva alguna sorpresilla...*
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
VALDEMAR
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