Encuadrada en los interminables y líricos escenarios de la Patagonia, esta buena película, exhibe el proceso penal al que es sometido un cacique indio que provoca un incendio misterioso. Hace recordar, de algún modo, a Pasaje a la India, porque demuestra las disparidad cultural entre poblaciones sumamente diferentes y los efectos derivados. El vestuario es bueno, destaca la actuación de Miguel Angel Sola, y hay ciertos episodios de neta filiación poética, de aspecto grandioso, como el momento del desplazamiento de la nave del epígrafe, acompañado por una música apropiada. El ritmo es bueno, los diálogos precisos, no hay lugar para el aburrimiento.