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Voto de Ghibliano:
8
5,9
2.783
Animación. Drama. Romance
Una chica de Tokio acaba de ser trasladada a una de las escuelas superiores de la ciudad de Kochi. Es guapa, buena en los deportes y en los estudios, pero de algún modo no consigue adaptarse a la vida social de la escuela. A ese mismo colegio pertenecen Taku Morisaki y Yukata Matsuno, dos grandes amigos, el primero de los cuales empieza a interesarse visiblemente por la recién llegada Muto. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2009
28 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Puedo escuchar el mar" es una obra que carece de la espectacularidad de otras películas de Ghibli. Es corta, y eso unido a su condición de película para televisión hace que la historia y los personajes no alcancen los niveles de complejidad a los que tiene acostumbrado el estudio.
Eso, que podría parecer un obstáculo, aquí acaba funcionando a la perfección. No se molesta en analizar el comportamiento de sus personajes a fondo, sino que se muestra todo de una forma más sencilla. Y esa sencillez termina sorprendentemente siendo la base de la empatía que generan, por medio de escenas que les hacen identificarse con la realidad.
El mejor ejemplo de esto está en la relación entre Taku y Rikako. Ésta última es una chica a quien en muchas ocasiones cuesta pillarle el punto. Es desconfiada, egocéntrica y manipuladora, y sin embargo tiene un carisma que me impide llegar a odiarla; de hecho me acabo sintiendo más cómodo intentando entenderla y apreciarla a su manera. Eso es lo mismo que transmite Taku durante toda la película; hay ocasiones en las que le pone de los nervios y le pegaría un puñetazo en toda la boca, pero sencillamente no puede. Le sigue atrayendo algo de ella, y sigue queriendo buscar algo positivo en sus formas. Es fácil saber qué está sintiendo en cada momento, y termino metiéndome en la piel del personaje de forma que llego a compartir su conflicto.
Sí que hay en algunas ocasiones la sensación de que los personajes no están muy delimitados en su actitud, y que no siguen líneas claras (me pasa mucho con Matsuno, el amigo de Taku), pero en todo caso no es algo que se convierta en un problema.
Eso, que podría parecer un obstáculo, aquí acaba funcionando a la perfección. No se molesta en analizar el comportamiento de sus personajes a fondo, sino que se muestra todo de una forma más sencilla. Y esa sencillez termina sorprendentemente siendo la base de la empatía que generan, por medio de escenas que les hacen identificarse con la realidad.
El mejor ejemplo de esto está en la relación entre Taku y Rikako. Ésta última es una chica a quien en muchas ocasiones cuesta pillarle el punto. Es desconfiada, egocéntrica y manipuladora, y sin embargo tiene un carisma que me impide llegar a odiarla; de hecho me acabo sintiendo más cómodo intentando entenderla y apreciarla a su manera. Eso es lo mismo que transmite Taku durante toda la película; hay ocasiones en las que le pone de los nervios y le pegaría un puñetazo en toda la boca, pero sencillamente no puede. Le sigue atrayendo algo de ella, y sigue queriendo buscar algo positivo en sus formas. Es fácil saber qué está sintiendo en cada momento, y termino metiéndome en la piel del personaje de forma que llego a compartir su conflicto.
Sí que hay en algunas ocasiones la sensación de que los personajes no están muy delimitados en su actitud, y que no siguen líneas claras (me pasa mucho con Matsuno, el amigo de Taku), pero en todo caso no es algo que se convierta en un problema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En realidad, me molesta más otro fallo bastante grave en comparación, y es que los diálogos resultan en ocasiones demasiado adornados para gente de su edad. Hacia el final hay una escena poderosísima desde el punto de vista sentimental, en la que se destaca la nostalgia en el reencuentro de los ex-alumnos del instituto una vez se ha ido cada uno por su camino. Es una escena que el espectador puede llegar a sentir como suya, y plantea aspectos interesantísimos, como el hecho de que, con el tiempo, aquellas personas que se llegaron a odiar tienden a idealizarse cuando pertenecen a una época pasada, y se les acaba cogiendo un cierto cariño (se muestra, por ejemplo, en el hecho de que todo el mundo eche de menos a Rikako). El problema es que ese mismo discurso está quedando explícito en una conversación. Ese diálogo aprovecha la fuerza emotiva de esa escena e intenta colar una reflexión sobre ésta que en muchos aspectos resulta demasiado falsa; al final, esto hace que pierda (aunque mínimamente) el encanto.
De todas maneras, superado el escollo de la falta de pretensiones del argumento y el problema ya comentado de los diálogos en ocasiones, ésta es una película muy agradable. Recomendable para pasar un buen rato, porque se ve del tirón y aparte está narrada con una naturalidad que termina resultando fascinante.
De todas maneras, superado el escollo de la falta de pretensiones del argumento y el problema ya comentado de los diálogos en ocasiones, ésta es una película muy agradable. Recomendable para pasar un buen rato, porque se ve del tirón y aparte está narrada con una naturalidad que termina resultando fascinante.