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Voto de Ghibliano:
10
7,7
160.113
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras. Infantil Los juguetes de Andy, un niño de 6 años, temen que haya llegado su hora y que un nuevo regalo de cumpleaños les sustituya en el corazón de su dueño. Woody, un vaquero que ha sido hasta ahora el juguete favorito de Andy, trata de tranquilizarlos hasta que aparece Buzz Lightyear, un héroe espacial dotado de todo tipo de avances tecnológicos. Woody es relegado a un segundo plano. Su constante rivalidad se transformará en una gran amistad ... [+]
12 de julio de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué curioso resulta volver a ver estas obras que me marcaron tan profundamente cuando era un crío. Claro que hay un riesgo, ¿cómo me van a gustar ahora las mismas cosas que adoraba a mis siete años? Sin embargo, también cabe la posibilidad de reencontrar algo único, descubrir una cualidad de la que no era consciente en aquellos tiempos y que a pesar de eso contribuía, de alguna manera, a hacer que una película se sintiera más cercana, más cálida y más memorable que otras tantas que iba olvidando a medida que veía.

Esto me ha pasado con "Toy Story". Una obra que ya merece un puesto de honor en la historia de la animación, por ser la primera animada íntegramente por ordenador y la carta de presentación de uno de los estudios más exitosos de los últimos años, un trabajo técnicamente espectacular para la época. Pero eso a mí no me importaba. Cuando era pequeño, las novedades técnicas, la fluidez, lo visualmente impactante era relativo; no tenía un criterio para distinguir si una película se veía mejor que otra. Sí podía, sin embargo, ser consciente de que una de ellas me había llegado más, que en alguna me había divertido, emocionado y puesto en la piel de los personajes más que en otra.

Lo cierto es que ésta fue una de mis favoritas. Siempre pude conectar con todos los personajes; me reía con todos los juguetes, como Mr Potato o el dinosaurio, y odiaba al niñato cabrón de Syd cuando se cargaba un pobre soldadito con su repelencia más absoluta. Pero entre todos ellos destacaban dos. Uno era un vaquero rastrero, envidioso y cobarde, capaz de tender trampas terribles y mentir descaradamente para salvar el pellejo; el otro, un juguete que nunca se creyó como tal, un capitán espacial lleno de soberbia e ingenuidad que no se dignaba a escuchar la voz de la razón. Buzz y Woody no eran, desde luego, dos modelos de comportamiento. Más bien, eran personajes cargados de fallos, muy lejos de los clásicos héroes infantiles con un sinfín de virtudes y ni un solo defecto.

Y a pesar de eso, lograron encarnar una de las mejores y más hermosas fábulas sobre la amistad que se han dado en la animación, dos personajes que dejaron atrás sus diferencias, su envidia y su orgullo herido y aprendieron a tolerarse, a respetarse y a colaborar frente a un enemigo común. No tengo ni idea de en cuántas ocasiones me han hablado de la amistad eterna, de la superación y de todas esas moralejas que inundaban las películas que veía de niño, sin embargo, muy pocas han tenido el impacto de ésta. Aún hoy me sorprendo sintiendo una empatía tremenda por ellos, hasta el punto de tener que repetirme en mi cabeza que no son más que juguetes; pero si por algo destaca Pixar y demostró no sólo aquí sino en su legado posterior, es por su capacidad para dar un toque de humanidad único a su obra, gracias a excelentes guiones y caracterizaciones con los suficientes matices como para hacer la moraleja de siempre más creíble y lícita que nunca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
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