Uno de los aspectos que forman parte del grueso argumental de la segunda hora de la película es la historia romántica entre Homer y Candy. A mí me funciona a medias. Es decir, entiendo que esa situación se pueda dar, pero me parece que el desarrollo de la misma hasta el punto de la consumación está demasiado recortado, parece como si cobraran una millonada al director por cada escena, porque esa manera de escatimar en introspección de personajes no es normal. Además, la actitud de Homer me resulta absurda. Primero es un ingenuo que no sabe nada de la vida fuera del orfanato y luego casi parece un experto en relaciones... vamos, demasiado espabilado ha salido el chico.

Las cuestiones del aborto, del racismo, etc. están muy bien pero están tratadas sin ninguna profundidad, no se les da ninguna importancia en la película, por lo que al final quedan como anécdotas de una historia que pretende meter muchos temas pero no tiene tiempo para desarrollarlos todos.

El asunto del incesto sí que me ha gustado. Es muy extraño encontrar una película en la que, por un lado, no se pretenda condenar el acto, pero por otro, se muestre el sentimiento de culpa y el arrepentimiento de esa manera, no por haber hecho algo incorrecto, sino porque los códigos morales pesan demasiado. Es un tratamiento valiente e interesante del tema, hay que reconocerlo.

El otro acierto a nivel de historia es, como ya he comentado, la relación entre Homer y el doctor Larch. No sé cuánto de esto es responsabilidad de la gran actuación de Michael Caine, pero consigue que me crea completamente un paternalismo que de tan exagerado podría llegar a resultar absurdo. Y el conflicto interior de Homer sobre si debe volver o quedarse me parece lo más interesante de la película.

Al margen de los temas y su desarrollo, hay algo que no me ha gustado nada y es la ejecución de los momentos dramáticos. Me resulta muy brusca y con tendencia al apelotonamiento, en algunos casos está envuelto en un halo de cotidianeidad (la muerte de Fuzzy) que lo justifica, pero en otros (la parálisis de Wally, la muerte de Arthur Rose o la del doctor Larch), casi parece que tuvieran que meter una desgracia porque sí. Llega a un punto que cuando Homer vuelve y le da el trozo de vidrio a uno de los niños, lo primero que esperaba es que éste se lo clavaría en la garganta y moriría desangrado. Menos mal que ya no le quedaba tiempo a la peli, que si no...