Curioso telefilm español, producido por Manuel Corbi y dirigido por Bryan Goeres (que como todas sus anteriores colaboraciones es más bien nefasto que otra cosa): aquí cogen al pobre Timothy Hutton, quien ha demostrado, dentro de lo excesivo de su filmografía, que tiene talento, y lo enchufan en una especie de thriller con asesino múltiple, con una relativa idea de base interesante, pero excesivamente mal resuelta. Lo que hace el tal Miguel Ángel Silvestre, nuevo ídolo de descerebradas jovenzuelas, es bastante lamentable, la verdad, y no parece augurar que su carrera vaya más allá de bodrios televisivos como éste.
Lo que resulta verdaderamente lamentable es el infumable doblaje que han perpetrado en esta película: puedo prometer y prometo que hacía años que no me chirriaba tantísimo ver unas voces en castellano tan completamente faltas de talento interpretativo, desincronizadas y lamentables en definitiva, un auténtico horror.