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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
5
6,2
98
Documental ¿Existió realmente Jesús de Nazaret? A partir de esta pregunta se examina la historia del cristianismo y de la biblia con un enfoque totalmente objetivo a través de diversas entrevistas y numerosos análisis históricos. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Primera confesión: soy todo un fan de documentales sobre la vida de Jesús.
-Segunda confesión: en dicha materia siempre espero algo más que la mera apología cristífera o el ataque furibundo contra la religión. Es decir que no estoy del lado ni del creyente intolerante, ni del intolerante ateo. Estoy del lado de la historia; espero una argumentación con datos y espero que queden a un lado consideraciones personales.
-Tercera confesión: como cinéfilo espero que todo documental cumpla con ciertas premisas estéticas.

Pues bien, en el film de Flemming no hay ni un manejo objetivo de los datos, ni un cuidado por la imagen. En esencia, el documental, con un estilo desmañado, carga las tintas de forma demasiado personal contra la religión cristiana y, más específicamente, contra la Institución de los Cruzados Cristianos (sic.!) que prácticamente le estuvieron lavando el cerebro durante toda su juventud. El estilo de la narración no sólo es desordenado, sino que llega a ser molesto, debido a un uso torpísimo de la música de fondo. Ese aire de planfeto, de ataque personal, es lo peor del film.

Y aún así, el film de Flemming tiene cierto valor. Me pareció un acierto revisar la figura de Cristo en línea con una ordenación cronológica del Nuevo Testamento (las diferencias entre las cartas paulinas y los evangelios dan lugar a terribles conclusiones). También considero un acierto poner en relación el surgimiento del mito de la resurrección con el caudal folclórico y mítico. Habrá quien se ofenda con estas cuestiones; no obstante, tanto el argumento cronológico, como el influjo del simbolismo mítico sobre la biografía evangélica resultan incontestables.

A ello podemos añadir dos cuestiones menos objetivas, pero con las que, personalmente, convengo. 1. Existe un deseo de manipulación detrás de la obsesiva y sádica representación de la Pasión de Cristo. Nunca podré comprender como quienes se proclaman como amantes de la figura de Jesús son los mismos que aplauden películas como la de Mel Gibson. 2. El argumento de la ciega fe, la mera prohibición de la duda sobre cuestiones como el Espíritu Santo, constituyen otras tantas manipulaciones ideológicas.

Son dichos valores y dichas cuestiones las que hacen de este documental algo valioso. Al menos, con ello se abre la posibilidad de debatir sobre lo indebatible, una de las pocas áreas culturales a la que aún no ha llegado el respeto por el debate de ideas: la religión.
Lucien
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