Con la fortuna que da ver las películas por anticipado en este país, me di el capricho de ver Knight & Day. Ya saben, uno, de Cádiz, tenía viva curiosidad sobre qué imagen ofrecería Cutriwood de la Tacita de Plata y de la hermosa Sevilla. Por qué negarlo, además, ya empezaba a estar un poco harto de tanta película sesuda, en japonés subtitulado al inglés y me apetecía una película para reír y ver acción. Nada que ver con el estudio y los análisis freudianos.
Así que con mi mejor espíritu fui a la captura de la acción y la risa. En ambos casos, puedo garantizar al espectador que tendrá de sobra, aunque en una proporción desacostumbrada. La parte reservada al disparate, la inverosimilitud buscada, el gag y el juego de palabras y gags tiene tanta preponderancia como la acción, hasta el punto en que sólo si se toma el film de Mangold como Comedia se puede llevar a sobrellevar su desmesura. Se puede decir sin enojo que con Knight and Day cumplí mi objetivo de reír y no pensar, con la sorpresa añadida de descubrir que Cruise y Díaz pueden ser cómicos en su idioma original (???).
Hasta aquí las flores. Ahora empieza al rapapolvo. Y es que el humor y la originalidad de las persecuciones termina muy pronto y nos vemos ante más de una y pico de repetición de la jugada. No obstante, esto no es lo peor. Lo peor es el desbarajuste realizado con la imagen que se ofrece de España. A ver, que me digan cómo es posible que ningún lumbrera le haya dicho a esta panda de carajotes que los San Fermines y los Gigantes y Cabezudos no son, nunca han sido algo propio de Sevilla o Cádiz. Y, ojo, que la persecución con toros y demás está más que correctamente filmada, pero con guiones como este se demuestra una incultura muy grande y, sobre todo, una absoluta falta de respeto. Yo propondría poner la Estatua de la Libertad en Florida, o un rancho tejano en Los Angeles a ver la gracia que les hacía.
Por si fuera poco, no pierdan de vista la escena en que se ve un retrato de Cruise en la casa de sus padres. Creo que en Photoshop se puede hacer mejor.
Mención aparte queda una escena con beso y tiroteo bajo el trasfondo de un mancillado azulejo andaluz.
En fin, que si quieren ver una película para dejar su cerebro en encefalograma plano, ¡¡ésta es su mejor elección!!!
PD: No pierdan la posibilidad de ver la que se lió en Cádiz, con la fuga de varios toros y su paseo entre el pitorreo de los transeúntes. Claro, en Cádiz tenía que ser.