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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
6
Musical En Cabo Verde, todo se celebra cantando: las bodas, los entierros, los encuentros, las separaciones, las elecciones y las inauguraciones. La única que no puede cantar es la joven Vita. Ya que una leyenda ancestral promete la muerte a cualquiera de su familia que intente cantar. Antes de viajar a Francia a seguir estudiando, ante su madre, vuelve a prometer solemnemente que nunca entonará canción alguna. Una vez en París, Vita conoce a ... [+]
29 de enero de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película que Flora Gomes nos trae, a pesar de la irregular calidad de su metraje, resulta, sin embargo, muy sugestiva al comentario.
El primer acto desarrolla el último día de Vita antes de partir para París. La expectación creada por su marcha coincide con el funeral del Señor Sonho (Sueño). Poco antes de su viaje, la madre de Vita le recuerda la maldición familiar: ninguna mujer ha podido cantar sin que por ello tuviera que pagar con su vida. La protagonista (una bellísima y seductora Fatou n'Diaye) le promete cumplir su palabra. En medio del retrato un tanto pintoresco de Cabo Verde (será ¿San Vicente?), con sus gentes, sus hermosas calles de piedra, su colorido y sentido del humor, ya se hace visible el uso de claras metáforas: la muerte (el dr. Sonho, el loro del comienzo) que se cruza con la vida (Vita), la fusión de vitalismo y tabú, la identificación de la voz como expresión individual del derecho a la libertad...Podemos incluso intuir cierto sentido feminista.
El segundo acto transcurre en París. A lo largo de un número musical interpretado en francés por los vecinos de Vita, descubrimos el romance de la chica con Pierre, un músico que anda buscando una voz para sus canciones. Esta es la parte más endeble del film. Es perceptible una cierta ambigüedad crítica hacia los valores europeos y una muy difusa crítica social del papel de otras culturas en la Ciudad de la Luz. Sobre el racismo apenas si se hace mención: solo el anciano que reitera que no le gustan los negros.
El tercer acto vuelve a desarrollarse en Cabo Verde y supone una resolución del conflicto, aparentemente naïf. Vita se enfrenta a su maldición y decide preparar su funeral. Como es lógico nada revelaré del final. Sí señalaré que se vuelven a repetir ciertos símbolos sobre la vida y la muerte: el ataúd con forma de mariposa, el desenlace en reversa...
En general, se percibe una interesante lectura simbólica en medio de una desmañada estructura argumental, con números exóticos a los que le sobra cotidianidad y les falta encanto. Película interesante, empero.
Lucien
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