Primero sentamos las bases de una serie de acción y de espionaje, mamando de la acción y nerviosismo de la saga Bourne. Luego cogemos un poquito del mejor Prison Break, lo mezclamos con La Jungla de Cristal, con un Lee Byung Hyun contra el mundo, haciendo las veces de Bruce Willis, y le metemos una historia de amor perfecta y bellísima que solo los coreanos saben hacer. Y así tenemos ante nosotros una serie que nos dilatara las pupilas durante sus 20 cortísimos capítulos. Y eso que duran una hora, cada uno.

Trepidante, emocionante, adictiva. Dicen que la heroína engancha y mata, pues en Corea deben conocerla como Iris, porque madre mía, jamás una serie me había llegado a enganchar tantísimo, jamás me había puesto tan nervioso delante de una pantalla, sin poder parar de ver lo que estaba pasando ante mis ojos, con las pupilas dilatadas y deseando ver mas y mas, y con ese final que tiene, casi me muero. Y aquí estoy escribiendo esta crítica, aun en estado de shock, sin saber que decir, ni cómo reaccionar ante semejante obra de arte.

Si te gusta el cine, no puedes quedarte sin Iris, sería imperdonable, es una de esas obras de arte que solo aparecen cada cierto tiempo y que todo amante del buen cine debería ver, y lo digo en serio, IMPRESIONANTE. Todo un clásico.