Mediocre e impreciso trabajo de Steve Miner sobre el cuerpo de los Rangers en este paupérrimo western crepuscular. La intención del argumento es valorar y honrar dicho cuerpo, pero la torpeza del guión consigue todo lo contrario, con una historieta llena de topicazos, en la cual cualquiera vale para ser un Ranger: sólo basta con alistarse. Pobres interpretaciones, irrisorios monólogos que pretenden ser profundos, secuencias de acción descoordinadas e inverosímiles y el típico villano de turno, cómo no, desaprovechado. Si le unimos la pobreza de paisajes y una estética más propia de un telefilm, nos queda un producto de lo más aburrido y olvidable.